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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 KOTEBEL: “Omphalos” (2006)

Temas

  1. Ra
  2. Excellent Meat Pentacle Suite
  3. Prologue
  4. Sun Pentacle
  5. Mercury Pentacle
  6. Venus Pentacle
  7. Mars Pentacle
  8. Epilogue

  1. MetroMnemo
  2. Joropo
  3. Omphalos

Integrantes

  • Carlos Plaza: teclados
  • Adriana Plaza: teclados
  • Omar Acosta: flauta
  • Carlos Franco: batería y percusión
  • Jaime Pascual: bajo
  • César García Forero: guitarras
  • Carolina Prieto: voz Colaborador – Miguel Rosell Arreaza (violonchelo)

El ensamble hispano-venezolano Kotebel vuelve a la carga con esta gema progresiva, la cual muchos ya se han adelantado a señalar en la Internet como su mejor trabajo musical. Yo, en lo personal, recién estoy descubriendo el aporte de este grupo al género progresivo, muy tardíamente sí, pero por lo que he estado apreciando de este disco recientemente puedo asegurar que se trata de uno de los ítems más atractivos y estupendos que se han editado en el ámbito progresivo en este año. La pulcritud, complejidad y sentido de exquisitez con que se manejan las diversas ideas melódicas que van fluyendo a través de “Omphalos” convierten a este disco en un ítem de arrebatadora belleza sonora. Las alusiones mitológicas griegas del concepto del disco se condicen con la majestuosidad rebosante del repertorio, pero lejos de amoldarse exclusivamente a los parámetros de las músicas occidentales y al exotismo arábigo estilizado propio de estos casos, también hallamos bastantes recursos de fusión latinoamericana en varios pasaje de este disco en cuestión. El excelente tema de apertura “Ra” recoge una diversidad de ideas bastante bien conjugada en una cohesión interna que, a través de sus completos 13 minutos de duración, conserva una energía uniforme. Los diálogos entre los dos teclados, los coloridos juguetones y excitantes de la flauta y la dosis de fuego provista por los solos de guitarra conforman un paisaje sonoro tan elegante como vibrante, siendo así que la dupla rítmica lo sostiene con solvencia y precisión. El canto de Carolina Prieto le da un plus de distinción al asunto. A priori, puede resultar difícil o imposible seguir adelante con la buena impresión después de una entrada tan estupenda, pero Kotebel sigue adelante con paso firme. ‘Excellent Meat’ tiene un aura más rockera, pero se mantiene lejos de los estándares usuales del hard rock merced a la introducción de recursos de teclados inspirados parcialmente en Gentle Giant. En el tercer minuto tenemos un interludio lento y sereno, marcado por guitarras acústicas, antes de que el grupo vuelva de lleno a retomar el despliegue de energía previo.

‘Pentacle Suite’ ocupa seis secciones del repertorio del disco. Comenzando con un prólogo arábigo de 1 minuto y medio (afín a la línea más netamente folklórica de Amarok, otro ensamble español con venezolanos dentro), luego sigue ‘Sun Pentacle’, un despliegue sinfónico empapado de matices jazzeros en el que e lgrupo desarrolla una polenta cautivadora. ‘Mercury Pentacle’ navega por aguas más bucólicas y serenas, con la guitarra clásica y la flauta asumiendo el rol protagónico al alimón: aquí la cosa se pone más afín a Anthony Phillips y al Mike Oldfield en su aspecto más introspectivo. Los diálogos alternados entre la voz de Prieto y la flauta de Acosta refleja una cierta aura misteriosa, coherente con la tenue aureola cósmica destilada por esta sección en particular. El último minuto y medio adquiere un tono moderadamente apoteósico, a fin de que el esplendor climático no choque con la ambientación inicial. !Así se hace una balada progresiva, hombre! El espíritu de la parte final de ‘Mercury Pentacle’ se perpetúa en el engarzado ‘Venus Pentacle’, con esos delicadamente equilibrados contrapuntos de flauta y violonchelo que flotan cuales nubes de primavera sobre bases de piano y capas de sintetizador. La introducción de elementos de joropo en alguna parte del medio añade un colorido sorprendente al asunto – hay que ver cómo sabe aprovechar el grupo la belleza de una idea musical usando la expansión pero sin saturarla. ‘Mars Pentacle’ emerge con complejos acordes de bajo en 7/8 que van apareciendo a la par que se van desvaneciendo las últimas notas de piano de la sección precedente. Con el grupo entrado de lleno, la línea jazz-rock progresiva resurge con esplendor jovial, incrementando incluso la influencia de Gentle Giant, la que antes había aparecido de manera más tenue. Hay algunos momentos en los que la energía recurrente de esta pieza se hace un poco más sutil, permitiendo así meter algo de variedad de manera fluida; también hay una breve sección fastuosa y efectista de espartanos acordes de piano antes de la explosión final del ensamble. El epílogo se centra en un compás lento, lo cual lleva a un ambiente más ceremonioso – esto facilita la construcción paulatina de un clímax épico típicamente progresivo.

Los tres últimos temas tienen que cargar con el peso de suceder a la suite, y dado que Kotebel es un grupo que obviamente destila talento y calidad técnica, esto no supone un problema para el oyente empático. Los dos primeros de esta sección son instrumentales. ‘MetroMnemo’ encuentra a la banda explorando con más profundidad su lado jazzero, destacando especialmente la guitarra eléctrica (muy a lo Holdsworth). ‘Joropo’ está construido sobre la base de tres cuartos, tal como exige el ritmo folklórico venezolano que da titulo al tema – la cosa aparece bastante estilizada, más cercana a la visión musical del argentino Lito Vitale que a la del venezolano Vytas Brenner, por ejemplo. Ahora bien ,esta estilización para nada mata el candor genuino que brindan los aires de las áreas tropicales venezolanos: este joropo es todo un festín para auténticos melómanos sibaritas. La pieza homónima cierra el disco con un ambiente melancólico fielmente marcado por las raras progresiones de acordes que conforman el motif principal y el canto evocativo de Carolina Prieto. Justo mientras canta carolina, las texturas flotantes de guitarra eléctrica son como espectros distantes que flotan en el trasfondo, mientras que la flauta y los teclados salen al frente de manera más notoria. Para cuando llega a la mitad, el tema adquiere un tono y un ambiente más abrumadores, perfilando un interesante contraste con los breves momentos en los que se regresa a la cadencia inicial. Con esta pieza se cierra una de las obras progresivas más exquisitas del año 2006 – “Omphalos” de Kotebel es un tesoro musical que da plena dignidad al género progresivo sinfónico en nuestros tiempos.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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