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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 OCTOPUS: “Bonsai” (2006)

Temas

  1. Algo Medio
  2. Ruka Pillán
  3. Pseudo Groove
  4. On/CD
  5. Catarsis
  6. Bipolar
  7. Viento Sur
  8. Bonsai

Integrantes

  • Jorge Benavides .guitarras
  • Fernando Daza: guitarras
  • Braulio Aspe: bajo, sintetizador
  • Cristóbal Orozco: batería, secuenciador Colaboradores – Patricio Banda (contrabajo en 5), Nicolás Matamala (cello en 5), Juan Canales (violín en 5), Tomas Mühr (percusiones en 7), Ras (efectos de scratches en 1)

La escena chilena sigue sorprendiendo a los afanosos investigadores progresivos con su ley de músculo y garra eléctrica: esta vez me refiero al cuarteto instrumental Octopus, que con su segundo disco “Bonsái” demuestra ser capaz de crear un prog metal de primerísimo nivel, cargado de complejidad técnica, dinámica fluida y potencia visceral. La portada del disco es muy inquietante de por sí: con base sepia, muestra una mano cuyos cinco dedos son sendos puños que agarran fieramente cuchillos dispuestos a clavarse en la piel y desangrar el cuerpo. Esto es precisamente lo que se siente al escuchar el repertorio de este disco – los efluvios armados por los riffs y punteos de las dos guitarras en una incandescente comunión con la eficaz dupla rítmica construyen una atmósfera pesada que se va solidificando continuamente, sólo para caer desangrada por los puñales rockeros que le van cayendo de manera constante y recia. Una portada tan seca y aguerrida como ésta es idónea para traducir en una sola imagen cualquier cantidad de palabras que quien esto escribe o cualquier otra persona pueda usar para describir la música.

La secuencia de los cuatro primeros temas es un vendaval alucinante de fuerza y técnica. El despliegue de complejidad no se oculta, precisamente, pero tampoco se traduce en porciones sonoras forzadamente intrincadas. Las cosas fluyen muy naturalmente a través de las ideas musicales que se van hilando en cada una de estas piezas, lo cual me recuerda a otro ejemplo reciente, el “Penumbra Diffuse” de Canvas Solaris. Otros referentes de familiaridad pueden ser la faceta más metalera de Dream Theater y Gordian Knot, además de sus compatriotas de Autómata, especialmente cuando coquetean con el crimsonismo dentro de sus coordenadas metálicas. La presencia de cadencias jazzeras en la diestra labor del baterista Cristóbal Orozco permite realzar el colorido que portan los motivos musicales a través de su explícita fiereza – dicha fiereza adquiere tintes principalmente sombríos en el inquietante ‘Ruka Pillán’, pero el tenor general es más vivaz.

‘Catarsis’ momentáneamente trastoca la atmósfera general, introduciendo una aureola más sutil plagada de melancolía reflexiva: el efecto es apropiado merced a la presencia de un trío de cuerdas y una guitarra acústica adicional a cargo de Fernando Daza. La tensión artística del ensamble no desparece, solamente emerge con un nuevo matiz, inspirado en el lado más misterioso del prototipo crimsoniano: esta delicia no dura más 4 ¾ minutos, pero su tiempo está muy bien aprovechado. La lógica del vendaval sonoro se restaura efectivamente con ‘Bipolar’, una de las composiciones más notables del disco. La alternancia entre pasajes crudos y otros más sutiles está compacta a más no poder: menciones especiales para los solos, que son algunos de los mejores de todo el disco. Introduciendo más variedad al asunto, ‘Viento Sur’ comienza con un inesperado clima de jazz-fusión de raigambre tropical; insólitamente, al poco rato emerge una contundente sección metalera, transformando el viento en un auténtico tornado. Así se anuncian las alternancias que tendrán lugar a lo largo de 6 minutos y medio. La pieza homónima de cierre es la más larga, con sus poco más de 9 minutos de duración. Con un interludio concebido bajo la sombra de Led Zeppelín, las cosas viran pronto hacia los estándares del más exigente metal técnico. La inclusión de ornamentos jazz-rock y otros de corte crimsoniano (parece algo infaltable para las bandas chilenas con polenta mayúscula) hacen de esta pieza un compendio del repertorio integral, erigiéndose así en un broche de oro coherente para un disco implacablemente electrizante – Octopus pone a su “Bonsai” como una de las obras más contundentes de la escena progresiva hispanohablante del 2006. Y no estoy solo en esto... solo hace falta leer las palabras de elogio que Tony Levin y Pat Mastelotto han vertido sobre el grupo en su blog de Myspace (www.myspace/octopusband).

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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