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Temas
 
-   Io e il Tempo  [a) Al Passato ; b) Meditazione ; c) Io Bambino ; d) 
Impietoso Scorrere]
 -   Domani Io Vecchio  [a) Verità in uno Specchio ; b) Il Mago dell'Eternità 
; c) Smarrirsi nella Realtà ;
d) Tra l'Immagine di un Dio ; e) Riflessioni dell'Essere ; f) Al Futuro]
 -   Nuova Era
  
Integrantes
 
-  Walter Pini: teclados
 -  Alex Camaiti: guitarras y voz
 -  Enrico Giordani: bajo
 -  Gianluca Lavacchi: batería
 -  Ivan Pini: letras
  
Tercer disco de Nuova Era, y último con el guitarrista-vocalista Alex 
Camaiti en sus filas: “Io e il Tempo” muestra al grupo aprovechando sus 
incursiones en las herencias del hard prog italiano clásico y el arquetipo 
bombástico de ELP que tan rabiosamente plasmaron en sus dos discos 
anteriores para, en esta ocasión, dar un paso más allá. Las huellas 
mencionadas siguen presentes, pero ciertamente se nota en este nuevo 
material una intención de afianzar una huella musical propia. Los teclados 
de Pini moderan sus tendencias abrumadoras, e incluso se aventuran en varias 
ocasiones a explorar sonidos de raigambre cósmica y ornamentos un tanto más 
sutiles que lo habitual. En realidad, el sonido de Nuova Era adquiere una 
tonalidad épica menos pronunciada (razón por la cual varios conocedores del 
grupo no tienen a este en tal alta estima como a los restantes), pero en lo 
que a mí concierne, se trata de toda una conquista artística, sobre todo 
teniendo en cuenta que lo que harán después en “Il Passo del Soldato” – ya 
sin guitarrista – será una impetuosa recapitulación de la línea ELP de “Dopo 
all’Infinito” y del sonido global del disco que ahora comentamos.
 
El repertorio básico consiste en dos extensas suites. La primera, titulada 
al igual que el disco y con casi 19 minutos de duración, comienza con 
campanadas del Big Ben y péndulos de un reloj armario, sobre los cuales 
emerge un soliloquio. La fanfarria fastuosa que viene a continuación me 
suena a una mezcla de Metamorfosi y BMS primigenio. Los motivos  centrales 
que se van sucediendo cuentan con una aureola explosiva entusiasta hasta lo 
contagiante. Las secciones cantadas suelen ser lentas, portando un ambiente 
ceremonioso que, en el registro semi-agudo del guitarrista Camaiti, se hace 
enérgico. A propósito, Camaiti realiza aquí su labor más destacada como 
instrumentista dentro de Nuova Era. La sección final comienza con un pasaje 
relajado de guitarra acústica que alude a ambientes renacentistas, 
dulcemente acompañados por sonidos de flauta (al mellotron) y sintetizador 
de cuerdas. Después, viene un reprise de uno de los motivos más exaltados 
que precedieron a esta sección concluyente. La otra suite es más extensa, 
proyectándose hacia una duración de más de 24 ½ minutos. Nos referimos a 
‘Domani Io Vecchio’, comienza con un poderoso juego de arpegios de órgano y 
sintetizador complementados por medidos fraseos de guitarra en una unidad 
épica mesurada, que no por ello, carente de la debida dosis de fuerza. Una 
vez más, la primera parte cantada se sostiene en compases lentos para así 
mantener un espíritu ceremonioso y reflexivo – en este caso, el concepto del 
disco se centra en la relación que existe entre el paso del tiempo y la 
afirmación del yo por parte del ser humano. La siguiente sección cantada se 
apoya en una cadencia netamente hard, con los teclados aportando el oportuno 
sello sinfónico (incluyendo sonidos de clavicordio). Luego sigue una hermosa 
sección de tinte barroco, marcada por la presencia del órgano de fuelles 
(posiblemente un sintetizador). Como para hacer contrapeso, la cuarta 
sección vuelve a un hard dinámico – más semejante a Uriah Heep que a Yes o 
ELP, por ejemplo – aunque con unos efectivos solos de sintetizador que nos 
remiten a la vieja ola progresiva. Prácticamente sin notarse, la cosa vuelve 
a la esencia sinfónica en plenitud, con cambios de ritmo y ambiente que 
permiten organizar la sucesión de los diversos motivos. La suite termina con 
una majestuosidad tan lánguida como imponente, antes de llegar al soliloquio 
de cierre, ‘Al Futuro’. ‘Nuova Era’ es un bonus track, construido a la 
usanza barroca y con un aura muy jovial.
 
En fin, “Io e il Tempo” es una gema más dentro de la impresionante 
trayectoria de Nuova Era. Su posición legendaria dentro del revival 
progresivo europeo de los 90s la tienen más que merecida – es de admirar su 
genuina lealtad a una ideología musical vetusta que ellos supieron recrear 
con ingenio y nuevos bríos desde “L’Ultimo Viaggio”.
 
César Mendoza
 
 
 
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