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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 NAZCA: “Estación de Sombra” (1986)

Temas

  1. Estación de Sombra (5:34)
  2. Traoedia (4:26)
  3. Espacios en Torno (2:15)
  4. La Morgue (4:31)
  5. Mangle (4:12)
  6. Deshueso (4:41)
  7. En la Cuerda Floja (3:30)
  8. Ipecacuana (3:56)
  9. Nadja [bonus track] (4:27)

Integrantes

  • Alejandro Sánchez / violín, violín barítono
  • Carlos Ruiz / fagot
  • Cuauhtémoc Novelo / batería, percusión, efectos
  • Jorge Gaitán / bajo, viola
  • Carlo Nicolau / piano, cello

Después de un homónimo primer disco que dio mucho espacio a atmósferas lánguidas y ambientes flotantes como núcleos sonoros para los desarrollos sonoros, Nazca ofrece en su segundo y último trabajo “Estación de Sombra” una amalgama estilística más afiatada, portadora de estructuras más integradas y sonoridades más llenas, sin por ello renunciar un ápice a la ideología de disonancias nublosas propia del RIO a lo Univers Zero. Siempre será posible encontrar algunos adornos de corte jazzero en ciertos pasajes de un par de temas, pero básicamente aquí se hace un repaso minucioso y entusiasta de los osados parámetros del rock intelectualizado de cámara. Somos muchos los que pensamos que este disco es la obra cumbre de Nazca, y de paso, una joya absoluta del progresivo vanguardista en las latitudes hispanohablantes de todos

los tiempos.

El tema homónimo da inicio al disco con un tenor ceremonioso cuya exquisitez un

tanto distante torna pronto hacia una sección un poco más extrovertida, cargada

de un misterio que se plasma fluidamente a través de las dinámicas variaciones de ambiente y ritmo: los juegos de texturas son impecables al 100 %, así como los sumamente cuidados diálogos entre los cinco instrumentistas. La verdad que la huella del Univers Zero del “1313”. ‘Traoedia’ exhibe una aureola de cámara vanguardista más pronunciada aún, y ciertamente el aire de misterio es mayor en

comparación. La precisa emisión de redobles, pulsaciones y adornos percusivos varios de parte de Novelo permite a la banda transitar con sólida confianza por

la mayoría de parajes, terminando la pieza con una secuencia de violín, viola y

fagot que tiene algo de “travieso”. ‘Espacios en Torno’ comienza apuntando a ambientes marcadamente solemnes, para luego aterrizar en un motivo bizarramente

celebratorio. ‘La Morgue’ hace justicia a su título, portando una vibración etérea un tanto tanática. El carácter marcial de una secuencia intermedia me hace evocar un pelotón de cargadores que van amontonando cadáveres. ‘Mangle’ inaugura la segunda mitad del disco sin grandes cambios en el desarrollo estilístico del disco, lo cual no está nada mal pues Nazca domina magistralmente la diversidad de ambientes y el crescendo de cadencias recurrentes bajo una atmósfera general grisácea. ‘Deshueso’ tiene un aire evidentemente menos inquietante: sin renunciar a la esencia desafiante del RIO,

en esta pieza el grupo se maneja por una suerte de lirismo controlado, e incluye un breve pasaje de piano que encarna muy bien el término “onírico”. ‘En

la Cuerda Floja’ enfatiza la sonoridad académica habida cuenta que el bajista Gaitán pasa a la viola y el pianista Nicolau pasa al cello: al más puro estilo Schoenberg, el ensamble se manda con un planteamiento radicalmente iconoclasta del desarrollo melódico y la consistencia rítmica. ‘Ipecacuana’ ofrece el momentum majestuoso del disco, llevando las sonoridades primordialmente desarrolladas a lo largo del repertorio hacia un clímax inteligentemente armado

sobre cadencias rítmicas casi fusionescas. En todo caso, el swing tan particular de la dupla rítmica es aprovechado para generar un arrastre de las líneas de violín, bajo las cuales el fagot revolotea con plena sutileza. Me hubiese gustado que este clímax hubiese sido un poco más extenso, incluso tal vez más explosivo, pero tal como está queda como un excelente broche de oro para el disco. El bonus track ‘Nadja’ totalmente coherente con el espíritu global del disco, tal vez portando un recurso caótico más pronunciado en los pasajes de violín y fagot, pero a fin de cuentas bien establecido en las pautas

de complejas orquestaciones bien armadas.

Balance general: !qué gran obra es este disco “Estación de Sombra”! Nazca ofrece toda una gema de progresivo vanguardista desde unas latitudes bien lejanas del punto de origen del RIO. Sin embargo, se nota que la banda captó bien el espíritu y los esquemas generales de esta tendencia experimental y las supo plasmar en una voz propia y desafiante. Esta “Estación de Sombra” ha de iluminar las mentes de los melómanos progresivos con afilado instinto aventurero.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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