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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 TONY LEVIN, DAVID TORN & ALAN WHITE: "Levin-Torn-White" (2011)

Temas 1. No Warning Lights (2:11)

  1. Ultra Mullett (4:42)
  2. White Noise (2:57)
  3. The Hood Fell (3:35)
  4. Monkey Mind (4:27)
  5. Cheese It, The Corpse (4:49)
  6. Convergence (4:08)
  7. Pillowfull Of Dark (4:19)
  8. The Eggman Cometh (1:33)
  9. Sleeping Horse (5:35)
  10. Prom Night Of The Centipedes (4:40)
  11. Crunch Time (4:05)
  12. Brain Tattoo (3:15)
  13. Lights Out (4:59)

Integrantes

  • Tony Levin: bajos y Chapman Stick
  • David Torn: guitarras y efectos texturiales
  • Alan White: batería y percusión

Tony Levin, David Torn y Alan White son tres veteranos del rock progresivo y experimental que no merecen mayores presentaciones (aparte del hecho bastante trivial de que la presencia del segundo no tiene un perfil tan destacado en el mainstream), aunque lo que sí debe presentarse es su asociación como power-trío

para gestar un fantástico disco de rock instrumental vanguardista bajo el sencillo título de "Levin-Torn-White". Hasta aquí, todo claro y todo bien delineado. Este álbum arrastra muchas de las más brillantes cualidades que se hicieron presentes en los proyectos de Upper Extremities, Polytown y Bozzio Levin Stevens, así como la amplia obra solista de Torn y los pasajes más aventureros de Levin: un desafiante eclecticismo de psicodelia, jazz-rock de vanguardia, prog oscuro, fusión y abstracciones cósmicas. De hecho, Torn y Levin parecen conformar un reinado bicéfalo para este power-trío, pero el tercer elemento Alan White es la gran sorpresa aquí. Al menos, para los que hemos criticado su falta de nervio en los últimos discos de Yes y su limitado sentido del desafío musical en su más reciente proyecto solista, apresurándonos

a endosarle la etiqueta de "gloria quemada del progresivo" (o cualquier otra con un significado similar). Bueno, es verdad que él no ha gozado de mucho campo de expansión expresiva dentro de las últimas misiones Yessianas, y también que él ha demostrado no tener la vitalidad aventurera de su perpetuo némesis Bill Bruford, pero este disco nos obliga a tragarnos esas palabras que señalaban que ya había pasado mucho años desde que terminó de dar todo lo que tenía que dar en el negocio musical. Cuando parecía que aquellos tiempos en los

que se había adentrado en el mundo del jazz-rock y arribado al mundo Yessiano durante su etapa más ambiciosa eran reliquias del pasado, White se ha revelado como una fuerza rítmica muy a tono con las exigencias de sus compañeros de este

viaje, activando motores, aplicando anclas y forjando mástiles para que la dupla Torn-Levin mapee y dirija los diversos trayectos proyectados y reflejados

en el repertorio de este disco. Pasemos ahora al repertorio en cuestión.

"No Warning Lights" abre al álbum con un ejercicio de psicodelia free-form a modo de bizarra expectativa ante lo que promete ser una excitante aventura sónica, una manifestación de la sombría noche en sus últimos instantes antes de

que el sol emerja en un vibrante amanecer=85 !y la promesa empieza a cumplirse con las vibrantes llamas rockeras de "Ultra Mullett", flameantes e hipnóticas como el imponente brillo de una aurora boreal! Este segundo tema se despliega sobre un autoafirmativo compás funky-rock donde el delirio neurótico propio del

Crimsonismo 80ero y los aspectos más extrovertidos del proyecto Upper Extremities hallan un adecuado campo de expansión. Después de esta celebración de la exaltación y el swing, "White Noise" se explaya en un colorido caótico bajo la guisa de free-jazz, abriendo así la puerta para que "The Hood Fell" exhiba un llamativo ejercicio de rock emo con un fuerte componente psicodélico:

no se trata de una pieza estructuralmente compleja, pero el trío sabe insuflarle suficiente sofisticación como para sacarle imponente brillo a los riffs, los esquemas rítmicos y los fraseos en curso. Por su parte, "Monkey Mind" despliega neurosis y furia con total desparpajo: el esquema rítmico de la

pieza mantiene un afán relativamente comedido al swing que impone desde el inicio, dejando así a la divina guitarra de Torn liderar el camino expresivo del ensamble desde las áreas opresivamente torturadas del lenguaje rockero. !Todo un cénit del álbum! "Cheese It, The Corpse", tema que sigue a continuación, no le queda a la zaga: su excitante manejo de un intrépido jam en

7/8 sirve para que el trío muestre plenamente su faceta pletórica, al modo de una aplanadora Crimsoniana alimentada por un talante juguetón. White opera como

un maestro de obras con la mente sólida, mientras que Levin y Torn se enrollan en un desafío fraterno a la hora de llenar los espacios. Aunque las sonoridades

en curso portan tonos sombríos, el cuadro musical resultante es extrovertido y,

como dijimos antes, juguetón. !Otro cénit!... y no será el último.

Tras todas estas diversas expresiones de fragor rockero organizadas bajo una sofisticación grácil y a veces ampulosa, viene bien que "Convergence" instale un sendero sónico de misterio y languidez, un sendero forjado con ornamentos psicodélicos de tendencia minimalista sobre los cuales van flotando alucinadas florituras cósmicas de guitarra. La neurosis ha dejado de buscar la luz del día

y mira hacia el atardecer interno de sus propias pulsaciones emocionales, primero a través de la tensión casi callada de "Convergence", e inmediatamente después, a través de la sombría melancolía de "Pillowfull Of Dark", tema que desarrolla un lirismo bizarro en base a un esquema rítmico ceremonioso en el que las capas cósmicas, los fraseos de la guitarra eléctrica y los adornos de guitarra acústica delinean una refinada arquitectura de abrumadora inquietud. Una gema inescrutable y monumental, otro cénit, no nos cabe duda. La cadencia funky del breve jam jazz-rockero "The Eggman Cometh" sirve para iluminar momentáneamente el ambiente, al modo de una ventana que se queda entreabierta por un rato, pero la emergencia de "Sleeping Horse" nos muestra al trío nuevamente entusiasmado con explorar aspectos cósmicos de la inquietud mental y

la oscuridad emocional, casi como un híbrido entre el Tangerine Dream 1972-3, el estándar del Frippertronics y Art Zoyd, aunque esos matices jazzeros sabiamente insertados en un paisaje psicodélico tienen el inconfundible sello magistral de Torn. La oscuridad se vuelve incendiaria, quemando a fuego lento sin agotar el oxígeno del entorno, es una oscuridad que, paradójicamente, en vez de ahogar el ambiente, lo revitaliza. Bajo un título tan gracioso como "Prom Night Of The Centipedes" se nos ofrece un jam ágil aunque no exultante, aún embebido de la densidad oscura que ha venido marcando las pautas predominantes de expresividad de las últimas piezas: en todo caso, se nota una actitud mucho más extrovertida en el ensamble, especialmente en el modo en que White explora el momentum rítmico y en el modo en que Torn desarrolla un psicótico solo poco antes de llegar a la barrera de los 2 minutos. "Crunch Time" retoma el sendero dinámicamente furioso de "Monkey Mind" mientras se hace

eco parcialmente del swing de "Cheese It, The Corpse" y de la densidad cósmica que parece no querer irse=85 pero se termina yendo cuando arriba "Brain Tattoo"

con su exhibición de puro músculo, la cual empieza con un prólogo delirante pero pronto se focaliza en un talante un poco más relajado, eso sí, siempre filudo: al respecto, una mención especial debe ir para Levin, quien aporta aquí

algunos de ataques más robustos desde su bajo. No hubiera venido mal que este tema durara un poco más, teniendo en cuenta su gancho, pero se exige que los últimos cinco minutos del álbum estén estrictamente ocupados por "Lights Out", tema que explora arquitectónicas telarañas psicodélico-progresivas sobre los cimientos de una cadencia rítmica fusionesca, al modo de un punto de encrucijada entre Upper Extremities, ProjeKct I y Gordian Knot. Tal vez no se trate de la forma más luminosa de concluir el álbum, pero sin duda esta pieza porta un esplendor especial en sus propios términos, finalizando con un golpe de efecto tajante y definitivo.

Ésta fue la experiencia de "Levin-Torn-White", el testimonio de una aventura progresiva contemporánea a cargo de un aquelarre de sabios expertos que lo único que tienen que hacer es confiar en sus propias experiencias vitales y en la lucidez intuitiva de sus compañeros de ruta para hacer que la química funcione a las mil (o diez o cien mil) maravillas. Gracias a Tony, David y Alan

por haber brindado una obra tan filuda y motivadora a todos los coleccionistas progresivos del mundo.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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