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 FLOTANTE: “En la Agitación” (2006)

Temas

  1. El Desayuno del Oso
  2. Pasos Elefantásticos
  3. Sonar
  4. El Beso del Gorila
  5. Soy el Peque
  6. La Patá del Zancudo
  7. Fat James
  8. Bichos
  9. Tema con el Pez

Integrantes

  • Camilo Acevedo: guitarras, teclados, quena, coros
  • Patricio Cortés: guitarras, coros
  • Leonardo Cortés: bajo, coros, percusión
  • Felipe Morros: batería, percusión, coros Músico invitado – Patricio Carrasco (trompeta y teclados)

Flotante es un grupo instrumental chileno que, como varios otros ensambles compatriotas, crea una propuesta musical osada, variada y con mucho punche. “En la Agitación” es el disco que sucedió a su debut homónimo, y por lo que acabo de descubrir en él, resulta todo un tesoro dentro del sendero experimental dentro del escenario progresivo actual. La propuesta sonora de Flotante apuesta por una tensa armonización entre el jazz-rock, la psicodelia crimsoniana, el prog metal, el rock duro, el ruidismo y el post-rock; la tensión inherente a esta amalgama estilística funciona como un núcleo duro en torno al cual se da el desarrollo y las variantes de las ideas musicales que van surgiendo, expandiéndose y acomodándose en cada pieza del repertorio. La solvencia técnica de cada componente individual de este cuarteto se hace notar a todo momento, pero para nada resulta que el virtuosismo se despega bajo la lógica del lucimiento autoindulgente: por ejemplo, las dos guitarras apelan más a la complementación mutua en el armado de armonías básicas y texturas que en duelos kilométricamente exhibicionistas, aunque hay siempre espacio para solos bien armados. También se nota en la labor de la sección rítmica una versatilidad pasmosa tanto en el manejo de cadencias de tendencia jazzera como en la soltura feroz durante los pasajes más potentes, y esto se extiende hacia esos momentos lánguidamente nublosos en los cuales la base rítmica debe “esconderse” como un fantasma tras una bruma onírica. El trabajo melódico no es lo primordial, sino la construcción y reforzamiento de ambientes, alusiones y expresiones sutiles que dan la (tramposa) impresión de incompletitud.

El disco abre con ‘El Desayuno del Oso’, un tema repleto de cadencias amables y moderadamente ágiles, aunque por alguna razón creo encontrar una cierta vena tétrica en el asunto, una vena escondida que se manifiesta como un claroscuro más que como una tiniebla abismal. Pero en fin, tal vez de trate de la influencia que ejerció en mí la visión del vídeo de Youtube correspondiente a este tema. Más explícitamente amables son los climas sonoros creados por los acordes duales de ‘Pasos Elefantásticos’ durante su primera porción. Eso hasta que surge la porción conclusiva, más marcada por lo metalero, aunque su tempo lento da la noción de ser un síntoma de energía contenida. Con ‘Sonar’ tenemos la primera muestra abierta de frenesí, aunque ésta todavía emerge de forma matizada por la aplicación de cadencias funk y jazz en la guitarra rítmica y la batería. La estructura global me recuerda a una mezcla de Attention Deficit, Tryo y el Primus pre-“Brown Album”, siendo así que los solos de guitarra que surgen en la segunda mitad del jam permiten llevar momentáneamente al tema a niveles de mayor incandescencia. Los últimos minutos están dedicados a un epílogo de música concreta basado en ruidos de percusiones industriales, notas aleatorias de quena y un rumiante zumbido de sintetizador. ‘El Beso del Gorila’ es una breve pieza al estilo del King Crimson del “Three of a Perfect Pair” con algo de Tryo; su función es la de servir como preludio a ‘Soy el Peque’, una de las piezas más explosivas del disco y que, desde ya, señalo como un pico indiscutible del mismo. Esta pieza navega sobre un motivo principal de jazz-rock que dispone a su antojo de complejos juegos de síncopas y neuróticos fraseos solistas de guitarra en un clima de extrovertido entusiasmo. La presencia de un interludio repetitivo y machacante de tenor prog metal nos puede remitir a Don Caballero: este interludio, lejos de ser un adorno gratuito, funciona como mecanismo de oxigenación para el motivo principal, pues el solo de guitarra final parece arrastrar consigo la llama alocada del mencionado interludio. Y dicho sea de paso, este interludio contiene una de las ejecuciones más impresionantes del baterista Felipe Morros.

‘La Patá del Zancudo’ comienza muy a lo Zeppelin, y esto supone una marca permanente hasta el final, a pesar de la aparición de ciertos climas menos explosivos en la sección intermedia. El solo de guitarra me recuerda a una fusión de Gary Moore y Jeff Beck. Es cuando termina que nos encontramos con un epílogo minimalista etéreo que crea un eficaz golpe de efecto. ‘Fat James’ comienza con el grupo dispuesto a explorar en los meandros de climas lánguidos e introspecciones otoñales, con lo cual tenemos coqueteos con los estándares del post-rock. Pero estos coqueteos se finiquitan cuando entra a tallar un segundo motivo elaborado a partir del math-rock con un nervio propio del prog metal. El factor prog metal se realza notoriamente con el siguiente motivo, el cual apela a una contundencia frontal sin recurrir a un tempo acelerado, aunque el armado del solo de guitarra es más afín al post-rock cañero de Explosions in the Sky y Kayo Dot. ‘Bichos’ comienza con un despliegue de ruidismo al modo de un telón que se abre para la emisión de un jam psicodélico que abriga mayor energía que la que se hace patente. Este tema, al igual que cualquiera de los dos primeros, ejemplifica a la perfección la usual dinámica de interacción a la que Acevedo y Cortés son prioritariamente adeptos. ‘Bichos’, sin ser facilista, resulta fácil de digerir, en principio. ‘Fat James’ y ‘Bichos’ me parecen otras joyas máximas de este disco. El álbum es cerrado por ‘Tema con el Pez’, un efectivo ejercicio de post-rock en el cual el trompetista Patricio Carrasco opera como algo más que un simple invitado, es un protagonista invitado. Su instrumento marca las notas centrales del motivo elemental mientras las cortinas de sintetizador y los soundscapes de guitarra tejen una niebla onírica misteriosamente inquietante. El tempo cansino marcado por la dupla rítmica se presta muy bien al realce del espíritu irreal que emana desde los altavoces del equipo estereofónico. De este modo concluye “En la Agitación”, un disco en el que Flotante sabe hacer destacar su ingenio y su versatilidad – desde ya sumo su nombre a mi lista de grupos muy a tener en cuenta para una justa apreciación de las mejores virtudes del progresivo actual.

César Mendoza

(Gracias a Héctor Aravena y a la gente de MUS.CL por la inspiración, así como a Armando Santos por la oportunidad)

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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