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 FLOR DE LOTO: “Madre Tierra” (2007)

(Pidiendo disculpas a la comunidad de LCDM así como al grupo Flor de Loto por las imprecisiones vertidas en la versión original de mi reseña sobre el disco “Madre Tierra”, envío esta nueva con las correcciones del caso. Éste será la versión definitiva a ser publicada en la sección Discos cuando termine el presente mes de junio).

Temas

  1. Madre Tierra
  2. El Charango Perdido
  3. El Mensajero
  4. Danza Celta
  5. Luz de Luna
  6. Andaluces
  7. Antares
  8. Desapareciendo
  9. La Ley de la Vida
  10. Medusa

Integrantes

  • Alonso Herrera: guitarras eléctricas y acústicas, voz, coros
  • Johnny Pérez: flauta, zampoñas, flauta dulce, pututo, silbatos, cajón, voz, coros
  • Alejandro Jarrín; bajo, coros
  • Jorge Puccini: batería, percusión

“Madre Tierra”, a la sazón, el Segundo disco de Flor de Loto, muestra a este ensamble asumiendo una situación más madura y robusta para su propuesta musical. Johnny Pérez está desde hace tiempo bien integrado dentro del cobijo sonoro creado por la banda, mientras que sus tres compañeros restantes refuerzan sus aportes nucleares en una perfecta comunión con los sonidos de vientos que se explayan por todas partes. Todos los que hemos presenciado a Flor de Loto en vivo a través de los meses y años que transcurrieron tras la edición de su disco debut estamos al tanto del bloque sonoro tan cohesivo e integral que han macerado y regenerado a punta de convicción e ingenio. La pregunta es: ?se ha transmitido esto en el disco grabado en estudio? La respuesta es un sí rotundo, aunque cabe señalar el plus de que la producción de sonido se ha encargado de proporcionar una cierta aura etérea al repertorio, tanto en las porciones más extrovertidamente fuertes como en los pasajes más melancólicos y meditativos. Flor de Loto ha aprovechado también este tiempo de maduración estilística para incorporar letras en un par de temas, aunque en lo esencial sigue siendo un ensamble instrumental.

El tema homónimo de apertura y ‘El Charango Perdido’ dan inicio a nuestro tránsito melómano con tronantes bombos y relucientes platillos. Es toda una apuesta dar inicio al disco con esta seguidilla de dos temas tan impactantes y explícitamente llamativos. Los vientos andinos y las percusiones aportan fluidamente el exotismo añejo de sus sonidos y cadencias con las demandas explosivas del rock progresivo de talante metal y hard. Teniendo a Dream Theater, Iron Maiden y Rush como referentes en los riffs y solos de guitarra, además de las intervenciones más potentes de la dupla rítmica, los ruidos de zampoñas y flauta dulces saben meterse en medio y hacerse notar, a veces insertándose como ramalazos de brisa musical, otras veces desparramándose con colorida energía, como tratando de tú a la guitarra solista en cómplice desafío. Más que un casamiento de colores pre-hispánicos y rock complejo al rojo vivo, se trata de un emparejamiento realizado en una masa sonora compacta. Puccini hace funcionar a su batería como un instrumento que limpia el terreno con contundencia para asentar el esquema sobre el cual deben desarrollarse los vuelos de guitarra y vientos, mientras que Jarrín crea un puente sólido entre melodía y tempo.

Recién llevamos 13 minutos de escucha de los 45 minutos del disco, y ya nos podemos preguntar si el repertorio remanente podrá seguir dignamente siquiera el ritmo enorme de la gloria y la pasión que quedaron vertidas en ‘Madre Tierra’ y ‘El Charango Perdido’. Si ésta es la pregunta, la respuesta es un sí rotundo. ‘El Mensajero’ hace virar las cosas hacia un ambiente más cándido y reflexivo, enarbolado sobre un compás de 3/4. La melodía principal, desarrollada sucesivamente por las flautas traversa y dulce, es simplemente hermosa: el grupo nos conduce fluidamente desde la vibración intimista inicial hacia un clímax contenido que no rompe con la idea germinal. ‘Danza Celta’ y ‘Andaluces’ ofrecen a Flor de Loto la oportunidad de explorar otras inquietudes folklóricas: la primera les muestra mezclando lo metalero con lo céltico (como una cruza entre Iron Maiden y Mago de Oz) mientras que la segunda se trata de una excursión por los fueros del jazz-rock aflamencado. En perspectiva, me parece que FDL es más exitoso en el primer caso, pues ‘Andaluces’ no me suena tan cuidado en términos de feeling y colorido, pero ambas piezas deben ser valoradas principalmente como exploraciones tentativas, llevadas con buen oficio aunque con resultado desigual.

FDL sabe desempeñarse igual de bien en su faceta más rockera y en su faceta “desenchufada”. ‘Luz de Luna’ se sitúa en medio de los dos temas antes mencionados, revelándose como una hermosa serenata basada en el folklore del norte de Argentina. La combinación de los flujos de los arpegios de guitarra clásica y las líneas de flauta retratan efectivamente un cuadro de contemplación, el cual se beneficia de las texturas creadas por las sutiles percusiones. Este ambiente es luego retomado en el penúltimo tema, ‘La Ley de la Vida’ (tema cantado), aunque en esta ocasión se añaden recursos rockeros sobrios para realzar las imágenes evocadas en la última estrofa. Por su parte, ‘Antares’ y ‘Medusa’ conforman sendos tremendos ejemplos del modus operandi de FDL a la hora de concebir y manejar su lado más incendiario, elaborando complejidad y articulando dinamismo a través de ideas musicales ágiles arregladas con vigor y punche – las confluyentes influencias de Maiden, JT y Rush son manejadas con un gancho bastante llamativo, siendo así que la pesada coda de ‘Medusa’ funciona como un impactante cierre para el disco. Y qué decir de ese cierre de ‘Antares’, cercano al thrash metal más que al estándar del prog metal… catártico después de haber insertado algunas cadencias funk y arábigas en el torrente rockero precedente. En el intermedio se sitúa la romántica semi-balada ‘Desapareciendo’, un tema que se enraíza en un núcleo bucólico que viene enriquecido por un interludio rockero eficazmente electrizante.

Mis gemas personales de “Madre Tierra” son los temas 1, 2, 3, 5 y 10, pero para nada significa esta declaración de preferencias que éste sea un disco poco coherente como un todo; es muy coherente, especialmente en lo que se refiere al despliegue de ingenio y energía. Flor de Loto se confirma como un importante punto de referencia para la escena progresiva internacional desde el rincón hispanoamericano.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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