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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 CABEZAS DE CERA: “Cabezas de Cera” (2001)

Temas

  1. Veintuno
  2. Gocxilla
  3. Encantador de Serpientes
  4. Un Pueblo Escondido
  5. Caravana
  6. Pretexto a un Texto fragmentado
  7. Gitana
  8. Frontiera
  9. Al Aire

Integrantes

  • Mauricio Sotelo: grand stick, guitarras eléctricas y acústicas, bajo
  • Ramsés Luna: saxo, clarinete, flauta, whistle
  • Francisco Sotelo: batería, percusión electrónica Colaboradores – Carlos Matute (sintetizador en 1), Jorge “Cox” Gaitán (violín en 4), Germán Bringas (trompeta en 5), Enrique Herranz (locución en 9)

Tras debutar con un cassette en 1997, el trío vanguardista mexicano Cabezas de Cera tomó por asalto con este disco la atención y oídos del público progresivo afín a las facetas más bizarras del género, a nivel mundial... que no es poca cosa. La manera en que se sigue vertiendo elogios sobre su excelente trabajo posterior “Un Segundo” no es sino una consecuencia necesaria del nivel de madurez mostrado por el grupo tanto en su afiatamiento sonoro como en su creatividad. Comenzaré diciendo que este disco debut es un prodigio de ingenio y coherencia que agrupa de manera compacta y ágil la diversidad inherente al material.

‘Ventiuno’ abre el disco con una cadencia jazz-rock sostenida sobre el juego bien afiatado del bajo y la batería, una cadencia realzada por los elegantemente armados fraseos de guitarra y empapada de aires exóticos provistos por el saxo, mientras que el sintetizador ayuda a añadir una aureola cósmica delicada al asunto. ‘Goxcilla’ es la primera pieza en la cual CDC muestra su faceta más agresiva, haciendo una alucinante mezcla entre King Crimson y el RIO tipo Present: a pesar de que la sección rítmica no se apunta a un compás intrépido o machacante, la verdad es que esta pieza se siente potente, e incluso “peligrosa”: incluso el evocativo solo de clarinete que emerge a partir del tercer minuto mantiene un aura sutilmente tétrica. El clímax del tema nos retrotrae al espíritu crimsoniano de la era 73-75 con majestuosidad. Y qué mejor contraste puede haber en situaciones como ésta cuando la banda vira hacia los colores más cándidos de lo étnico en ‘Encantador de Serpientes’: una pieza bella en la cual lo hispanoamericano criollo y lo oriental se funden en un solo sonido, con la guía hipnótica de una flauta traviesa y alegre, sostenida por efectivos rasgueos de guitarra acústica y una base rítmica grácil. En la segunda mitad aparecen punteos de guitarra acústica y un solo de saxo que no tarda en ser replicado por la flauta en el cierre definitivo. Éste es, EMMO, uno de los puntos culminantes del disco. ‘Un Pueblo escondido’ también nos brinda colores telúricos, pero esta vez la amabilidad sonora aparece reciclada a través de una parafernalia de percusiones electrónicas, sólidas texturas de guitarra y sampleos, las cuales sirven de sostén para los solos de vientos y violín que se van sucediendo. El primer minuto de ‘Caravana’ reitera la sonoridad exótica (esta vez arábiga), hasta que la cosa se convierte en un jam rockero alucinado tipo RIO (grandes intervenciones de trompeta a cargo del invitado Germán Bringas); poco antes de llegar al 2’40”, los colores arábigos resurgen, esta vez con un bien armado diálogo entre un fiero stick y un coqueto whistle, lo cual no es sino un intermedio antes del reprise del jam antes descrito. ‘Caravana’ es una de mis piezas absolutamente favoritas del disco.

El sexto tema del disco, ‘Pretexto a un Texto Fragmentado’, es todo un ejercicio alucinado de crimsonismo a lo Projeckt y vanguardia electrónica, con discursos e invocaciones críticas sobre el sistema social burgués contemporáneo, en los cuales el pesimismo existencialista y el sarcasmo dadaísta se dan la mano. Una pieza que puede incluso resultar apta para una pista de baile trance. ‘Gitana’ nos devuelve a sonoridades exóticas muy a lo flamenco-jazz con aires arábigos muy a flor de piel, siendo así que la percusión y el saxo arman una triangulación muy efectiva, en medio de la cual la guitarra acústica llena el espacio con patente candidez. Si queremos más crimsonismo, no debemos esperar mucho: ‘Frontiera’ ofrece una cadencia guitarrera muy a lo Fripp-Belew, aunque con un aura más etérea, más afín al sonido de Gordian Knot, por poner el primer paralelo que se me viene a la cabeza. La sensibilidad de Ramsés Luna le permite meter sus cautivadoras líneas de saxo y clarinete con total naturalidad en medio de un ambiente sonoro contenido, mientras que Sotelo da rienda suelta a su admiración por Bill Bruford. En fin, ‘Al Aire’ es un jam de corte jazz-rock en el cual el saxo asume un protagonismo notorio: en los momentos en que éste se esconde, emerge una voz de locutor de radio que ofrece mensajes irónicos con una aureola ceremoniosa. Un manera muy especial de poner cierre a un disco bastante especial.

Cabezas de Cera es uno de los puntos de referencia más sólido del rock experimental actual de Latinoamérica y el resto del mundo, y este disco homónimo ofrece una justificación enormemente válida para ello.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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