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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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  PETER HAMMILL en Caracas, diciembre 1999

Sin lugar a dudas, asisitir a un concierto de Peter Hammill probo ser una de las experiencias mas inusuales a las que un rock fan se pueda someter. Sobretodo si tomamos en cuenta la instrumentacion escogida para la noche de Caracas: un piano de cola, un violin, una guitarra electro-acustica, y la prodigiosa voz, a veces predecible en sus inflexiones, de Mr. Hammill. Explico esto ultimo: no hay duda de que la conoce y la maneja con precision de cirujano, pero tampoco que a fuerza de tanto conocerla, a menudo parece privarla de sorpresas y tornarla un tanto repetitiva. (Perdon por este comienzo. No alienta a creer que por otro lado este concierto nos deparo a todos los asistentes, por lo menos a aquellos que como yo tienen desde hace agnos un respeto distante pero no por ello menos genuino por PH, momentos verdaderamente extaticos).

El concierto se extendio por casi dos horas, y consistio en unos tres sets, el primero para piano, voz y violin, el segundo para guitarra, voz y violin, y el tercero de vuelta al piano, voz y violin. En cada set unas cinco o seis piezas (corrijanme los otros cajeros venezolanos, la memoria puede ser traicionera, especialmente cuando uno no es periodista y no toma notas). Como no soy un conocedor de la obra de Hammill, no puedo decirles de donde saco cada una de las piezas, tan solo les indico que el repertorio fue una mezcla de piezas viejas con nuevas, tanto de Van der Graaf como de su carrera solista, que es la mas abultada desde luego. Reconocimos aqui y alla unas cuantas, sobretodo las de Van der Graaf (Babylon, Still Life que fue con la que cerro el concierto y que es una pieza brillante, otras dos o tres mas), algunas estuvieron a la altura de la mejor musica que se pueda desear (recuerdo en particular la primera y la segunda pieza que tocaron en el set de guitarra, en las que el dialogo entre esta y el violin adquirio una altura verdaderamente magistral, con Stuart Gordon, quien resulto ser un tipo super simpatico, tocando con una intensidad que probablemente nos saco una que otra lagrima y nos hizo agradecer haber estado esa noche en esa sala de Caracas ), otras quizas, por lo repetitivas, nos hicieron recordar que teniamos posaderas y que era bueno darles un cambio de posicion de vez en cuando.

Habiendo dicho esto, es justo ahora rendir tributo a lo que sin duda es el centro de la musica de Hammill. En el no es importante el virtuosismo que como musico pueda tener, las cabriolas que ejecuta con sus instrumentos (la guitarra charrasqueada le va muy bien, la punteada no tanto), la complejidad de los arreglos, etc. Lo que parece contar mas en el es la emocion que pone en esa voz suya que es una de las voces mas caracteristicas que ha dado el rock, y el hecho de que esa emocionalidad esta ligada a su condicion de poeta, de cantautor (si bien, todo hay que decirlo, en una o dos piezas nos desencanto en este departamento, en particular en una pieza cuyo tema es el vacio que dejan los hijos en los padres cuando crecen y se marchan de la casa. Nada contra un sentimiento que es eterno y que todas las generaciones humanas han experimentado, es solo que la vena poetica parecio abandonar a Hammill en esa cancion que mas parece un chato lamento que una inspirada intuicion acerca de esa humana circunstancia). La verdad sea dicha, escuchar a Hammill y no seguir las letras de sus canciones es privarse de la mitad del asunto. No nos consolemos diciendo que el tipo transmite tanta fuerza que asi este cantando los pollitos logra conmovernos. Eso puede estar bien para un primer encuentro, pero si queremos comprometernos un poco mas con la musica que este segnor hace, no hay mas remedio que tratar de penetrar lo que dicen sus canciones. Y habiendo dicho esto, la verdad es que estaria dispuesto a someterme (perdon por el verbo) una vez mas a este concierto pero ahora sabiendo que dicen todas y cada una de las palabras pronunciadas por este artista unico e insustituible.

De la lectura de esta desigual cronica pudiera desprenderse que no disfrute el concierto. Nada mas lejos de la verdad. Creo que me deparo cuatro o cinco momentos que estoy dispuesto a poner en la valija de lo que agradeceremos cuando hagamos el balance de lo vivido (esto sono demasiado serio, pero que le vamos a hacer). Es solo que durante el concierto me paso lo mismo que me pasa cuando trato de escuchar un disco suyo de principio a fin. Una sucesion de deslumbramientos y de tedios, de paroxismo y cansancio. Demasiado para una sola noche. Tanta intensidad no se puede sostener por tanto tiempo porque nos desquiciamos.

Pasando a otros aspectos, debemos decir que el sonido fue impecable, la sala Romulo Gallegos de Altamira estuvo llena a tres cuartos, es decir que asistieron unas doscientos cincuenta personas mas o menos, y que por Venezuela abrio Sonda a Barnard, una banda en la mejor extirpe crimsoniana, combinacion de musica electronica (Miguel Angel Noya en los teclados?) con un guitarrista, gandhiano por el look, bastante habil en extraer efectos de su instrumento, aunque me parece que estuvo un poco bajo en la mezcla de sonido, un bajista incansable y una bateria bien precisa, ejecutada por el periodista Juan Carlos Ballesta. Esta banda sono bien, su musica es evidentemente experimental, a veces irresoluta, aunque esta impresion puede deberse a que este era nuestro primer encuentro con ella. A esta musica siempre hay que darle mas tiempo. Tocaron tres piezas, incluyendo una ambiciosa version de 21st century schizoid man, de Crimson, todo un acto de valentia tratandose de una pieza tan descomunal.

Daniel Mendez.

LCDM creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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