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 WHITE WILLOW : “SIGNAL TO NOISE” (2006)

Temas

  1. Night Surf
  2. Splinters
  3. Ghosts
  4. Joyride
  5. The Lingering
  6. The Dark Road
  7. Chrome Dawn
  8. Dusk City
  9. Ararat

Integrantes

  • Trude Eidtang: voz
  • Jacob Holm-Lupo: guitarras eléctricas y acústicas, sitar eléctrico, e-bow, teclados adicionales
  • Lars Fredrik Froislie: órgano, sintetizadores, pianos de cola y eléctrico, mellotron, clavinet
  • Marthe Berger Walthinsen: bajos
  • Aage Moltke Schou: batería, glockenspiel, percusiones
  • Ketil Vestrum Einarsen: vientos
  • Colaborador : Brymjar Dambo (teclados)

Con éste, su quinto disco, White Willow se aventura a introducir un frente nuevo dentro de su particular evolución en el progresivo contemporáneo: la sensibilidad melódica de carácter pop. Pero no hay que apresurarse en llegar a conclusiones precipitadas - “Signal to Noise” no resulta en un disco condescendiente de manera flagrante (y en esto se diferencia de los discos últimos de Anekdoten y Landberk), pero ciertamente se pueden notar estos matices nuevos en tanto generadores de una sensación de frescura en medio de las usuales tormentas emocionales que conforman el núcleo de las composiciones de Holm-Lupo. El gran perdedor aquí es el elemento bucólico, el cual ya estaba al borde la extinción en el explosivo disco precedente “Storm Season”, y ahora se ha desvanecido en la nada. “Signal to Noise” resulta, pues, tan comprometido con lo rockero como el disco inmediatamente anterior, pero con una dosis más ligera de vibración emocional y un manejo más sobrio de la recurrente melancolía que conforma la esencia de buena parte del progresivo escandinavo. El registro y estilo de la vocalista Trude Eidtang se parece a una cruza entre Kate Bush y la cantante de Evanescence en sus momentos más susurrantes: con ello se ajusta a la perfección al sonido general que White Willow cosecha actualmente. La participación de los vientos es meramente ocasional, y cuando hacen acto de presencia, están más como adorno que como insumo con voz propia.

El disco comienza con ‘Night Surf’, un tema mid-tempo que se enmarca en el pop-rock psicodélico: tiene gancho e intensidad, pero también anticipa directamente la vertiente más ligera del disco. Esta vertiente hallará muestras más patentes en las canciones ‘Joyride’ y ‘The Dark Road’: la primera está bien metida en la onda brit-pop, mientras que la segunda es una balada semi-acústica que tiene algo de complaciente, sí, pero que también guarda algo de esa especial melancolía en su ambientación, aunque sea de forma sutil. Me parece que un trabajo más concienzudo en este matiz en el arreglo y expansión de este tema hubiese permitido explotarlo de manera más creativa, pero bueno, la decisión de dejarla como está fuera de las manos del oyente – de todas maneras, me queda claro que ‘The Dark Road’ puede resultar un poco más perturbadora de lo que pueda parecer en una primera escucha si es que se le presta una atención más detenida. ‘Splinters’, tema que dura más de 8 minutos y medio, es el primero que muestra un vínculo con el aura de “Storm Season”, pues se trata de una pieza arrebatadoramente emocional enmarcada en una instrumentación que se mueve ágilmente a través de los recovecos lánguidos de los motivos centrales. El instrumental ‘Ghosts’ tiene algo de aureola fantasmal que se alude en el título, pero más que nada, esta aureola se muestra a través de los agresivos ornamentos de guitarra y texturas de teclado que se aúnan en los momentos claves de la pieza: no busquemos algo abiertamente tétrico como en los pasajes más siniestros de cualquiera de sus discos anteriores. El otro instrumental, ‘Chrome Dawn’, tiene un carácter predominantemente sutil y adusto en los momentos en los que la guitarra de Holm-Lupo asume la posición de líder; pero en el interludio, que es cuando emerge un hermoso y alucinado solo de sintetizador, las cosas adquieren una intensidad mágica, alternando el ambiente gótico con las cadencias propias del jazz-rock. Estos dos instrumentales conforman sendos picos del álbum. El tercer gran pico está encarnado en ‘The Lingering’, que con sus casi 9 ½ minutos de duración es la pieza más extensa del disco. En muchas maneras, esta canción permite retrotraernos a la tristeza general del “Storm Season”, aunque claro, sin recuperar su esplendor: se puede decir que esta pieza conforma el núcleo del resto del repertorio (y no lo digo solamente por ser el quinto en un repertorio de nueve), estableciendo lazos con los momentos más fastuosos y los más accesibles del disco integral, además de aportar algunos de los pasajes más crudamente rockeros. Los solos de sintetizador y el motivo de guitarra del epílogo nos remiten a la típica tradición de WW dentro de este contexto particular. La última pieza cantada es ‘Dusk City’, una pieza de línea goth-rock que incluye cautivadores matices arábigos en su línea melódica básica: es aquí donde la faceta accesible de WW adquiere una dosis adicional de sofisticación bastante efectiva, en mi opinión. El disco cierra con el breve ‘Ararat’, consistente en una serie de espartanos fraseos arábigos de guitarra sostenidos sobre etéreas capas y delgadas capas de sintetizador – como un rezo meditabundo emitido al cielo del atardecer.

Ahora bien, ?qué significa “Signal to Noise” dentro de la historia del grupo? Sólo el tiempo lo dirá – por ahora, solo podemos sostener que el grupo está ad portas de virar de forma más decidida hacia el pop-rock (nuestro principal temor) o de mantener sus pretensiones artísticas desde una óptica renovadora que se tendrá que reforzar en un próximo álbum. Lo que podemos decir aquí es que “Signal to Noise” es un disco que renuncia a mucho del esplendor multicolor e impresionante que había sentado las bases para la relevancia musical de los discos previos, y en este sentido, puede significar una decepción para muchos conocedores de la banda. De hecho, no resulta tan impactante en términos artísticos como en su momento lo fueron “Sacrament” o “Storm Season”, pero tampoco hay una enajenación estilística en el álbum que ahora nos convoca. “Storm Season” mantiene todavía esa magia peculiar que hace que la melancolía tanática opere como una fuerza arrebatadora que evoca emociones intangibles a través del sonido. Sin ser grandioso ni excelente, este disco muestra que WW aún está para hacer cosas muy buenas y muy atractivas dentro de la escena progresiva actual.

César Mendoza

Discográfica: The Laser’s Edge

Temas:

  1. Night Surf (4:12)
  2. Splinters (8:36)
  3. Ghosts (5:48)
  4. Joyride (4:18)
  5. The Lingering (9:25)
  6. The Dark Road (4:17)
  7. Chrome Dawn (7:12)
  8. Dusk City (6:05)
  9. Ararat (1:35)

Músicos:

  • Trude Eidtang / vocals
  • Lars Fredrik Frøislie / keyboards, electronics
  • Jacob Holm-Lupo / guitars
  • Ketil Vestrum Einarsen / woodwinds
  • Marthe Berger Walthinsen / bass guitar
  • Aage Moltke Schou / drums, percussion

Músicos invitados:

  • Brynjar Dambo / keyboards

Parece que White Willow no están dejando indiferente a nadie con su nuevo trabajo “Signal to Noise”. Y es que no hay duda que los noruegos han decidido iniciar un cambio de rumbo más acentuado en esta nueva entrega, que los incorpora decididamente dentro del llamado nu-prog, tal como yo lo entiendo, junto a formaciones como Porcupine Tree, Paatos o Pure Reason Revolution.

En “Signal to Noise” nos encontramos con una suerte de sinfónico melódico ultramoderno cercano a lo que nos ofrecen Paatos, con cierta intención de adentrarse en el terreno de bandas como The Gathering o incluso relacionado con los Anekdoten de “Gravity”, que para muchos ha significado una alejamiento un tanto fuera de lugar de la línea de anteriores trabajos.

Cierto en parte. Tal vez si lo comparamos con “Storm Season” ese cambio de rumbo no sea tan pronunciado pero con respecto a “Sacrament” no hay duda que la diferencia es significativa.

La divina Sylvia Erichsen que abandono el grupo hace un año, ha sido reemplazada por Trude Eidtang, otra excelente vocalista, tal vez en una línea más cercana a Beth Gibbons (Portishead), Bjork o Tori Amos, que nos ofrece un sobrio trabajo. Al tiempo que el aspecto folkie y pastoral ha pasado a mejor vida, sobretodo debido a la discriminación que sufre el flautista Ketil Vestrum Einarsen, así como el componente gótico que merma con respecto a anteriores trabajos, mientras que el sentimiento melancólico incluso se incrementa. Finalmente, el sonido y producción siguen siendo de auténtico lujo como es habitual.

El acercamiento al metal oscuro que afloraba en parte del anterior “Storm Season” queda esta vez en suspense, exceptuando atisbos prácticamente inapreciables en “Splinters” y “The Lingering”.

Pasando a valorar el contenido, tenemos delicias como “The Lingering” o “The Dark Road”, que enlazan directamente con el anterior álbum, y dos excelentes temas instrumentales bastante sorprendentes como “Ghosts” y “Chrome Down”, este último rayando el jazz-rock.

En cambio en una línea más pop-rock, y probablemente como más conflictivas del álbum, están sobretodo “Joyride”, pero también en parte “Dusk City” y “Splinters”, seguramente las tres menos destacadas del álbum, además de una más que convincente “Night Surf”.

El hecho de que en buena parte del disco no parezcan White Willow no debería ser demasiado problema para disfrutar de este trabajo. De hecho, seguro que sí se tratara del primer disco de un nuevo grupo, estaríamos hablando de una de las bandas revelación del año. Inferior a los anteriores pero pese a todo un muy buen álbum y un nuevo comienzo para White Willow que puede dar estupendos frutos en el futuro.

Valoración: 7/10

Ferran Lizana (rockomic@orange.es)

Octubre 2006

Discografica: The Laser's Edge

Temas:

  1. Night Surf 4:12
  2. Splinters 8:36
  3. Ghosts 5:49
  4. Joyride 4:19
  5. The Lingering 9:25
  6. The Dark Road 4:17
  7. Chrome Dawn 7:13
  8. Dusk City 6:06
  9. Ararat 1:35

Musicos:

-Trude Eidtang / vocals

  • Lars Fredrik Frøislie / keyboards, electronics
  • Jacob Holm-Lupo / guitars
  • Ketil Vestrum Einarsen / woodwinds
  • Marthe Berger Walthinsen / bass guitar
  • Aage Moltke Schou / drums, percussion

Invitado:

  • Brynjar Dambo / keyboards

WHITE WILLOW ha editado su quinto trabajo titulado SIGNAL TO NOISE, trayéndonos como novedad el estreno de una nueva cantante femenina, Trude EIDTANG (excelente en mi opinión) que sustituye a la apreciada y añorada Sylvia ERICHSEN.

En SIGNAL TO NOISE la banda noruega de WHITE WILLOW nos confirman lo que ya dejaron entrever en su anterior álbum "STORM SEASON", el cambio de estilo musical hacia un Post-Rock o Pop sofisticado, tal como han hecho los actuales Paatos.

Si WHITE WILLOW se hubiera cambiado de nombre, seguramente estaríamos hablado de un buen o excelente álbum, pero claro a quien no le viene al recuerdo EX TENEBRIS, IGNIS FATUUS o SACRAMENT y entonces viene las odiosas comparaciones entre estos y SIGNAL TO NOISE. Resultado: Que hay un abismo de diferencia. Ya no hay elementos como el folk, la melancolía y los largos desarrollos.

A pesar de ese carácter "comercial" del que esta impregnado SIGNAL TO NOISE hay que decir que contiene dos excelentes instrumentales como son GHOSTS y CHROME DOWN, de los cuales nadie podrá discutir su progresividad, además de temas cantados, especialmente THE LINGERING, SPILINTERS y DUSK CITY a pesar de que esta ultima suene muy comercial.

Puntuacion: 6,5/10

Salu2 nordicosprogresivos

© Juan

progjuan@hotmail.com

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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