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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 TWELFTH NIGHT: “Live and Let Live” (1984)

Temas

  1. The Ceiling Speaks (8:26)
  2. The End of the Endless Majority (3:18)
  3. We Are Sane (12:04)
  4. Fact and Fiction (5:27)
  5. The Poet Sniffs a Flower (4:03)
  6. Sequences (17:14)
  7. Creepshow (12:06)
  8. East of Eden (5:14)
  9. Love Song (8:29)

Integrantes

  • Andy Revell: guitarras, teclado, coros
  • Geoff Mann: voz, percusión
  • Brian Devoil: batería, percusión
  • Clive Mitten: bajo, guitarras, teclado, coros
  • Rick Battersby: teclados

Registrado a partir de dos de las últimas actuaciones en vivo de Twelfth Night durante la era Geoff Mann, efectuadas en el legendario local londinense Marquee

los días 4 y 5 de noviembre de 1983, “Live and Let Live” es un ítem importantísimo a la hora de evocar y comprender la dimensión más poderosa de la

nueva ola del rock progresivo británico. De hecho, Twelfth Night fue una de las

bandas decisivamente pioneras de este resurgimiento “underground” de las ambiciones sinfónicas dentro del rock británico tras el declive del punk: vaya por dónde, justo cuando bandas como Marillion y IQ recién estaban estrenando sus respectivos largas duraciones oficiales y aún le faltaba a Pendragon y Pallas un año para jacer lo propio, Twelfth Night ya estaba enfrentando la crisis definitiva de su formación clásica. Como sea, “Live and Let Live” es un testimonio directo e inapelable de la polenta, emotividad y precisión técnica que TN derrochaba en sus conciertos, generando así una empatía tremendamente compacta con el público (especialmente, su fiel hinchada): esta edición digital

contiene bonus tracks, yendo más allá del repertorio original de 6 canciones.

El concierto comienza con una intro consistente en una secuencia mecanizada, al

modo del cansino martilleo de una prensa industrial imitado por un programa de sintetizador. De este modo se marca la pauta para la canción de entrada, ‘The Ceiling Speaks’, canción muy llamativa en su mezcla de vibración rockera medianamente compleja y entusiasmo religioso. Para esta canción, el habitualmente bajista Clive Mitten comienza el concierto como segundo guitarrista, dividiéndose los solos con Revell. La letra es un canto al poder salvador del amor a Cristo, algo que Geoff Mann utiliza aquí para expresar su nuevo camino de vida, la de formarse en el sacerdocio – esto no le impidió encauzar su dimensión creativa a través de una carrera musical solista y con otros proyectos grupales de corta duración. ‘The End of the Endless Majority’ es un suave dueto de guitarras que sirve para que el grupo exhiba, como a veces

solía hacerlo, su faceta más relajada bajo un esquema pastoral. Al terminar el último acorde, unas cortinas de sintetizador y una satírica introducción de Mann dan inicio a la ejecución de ‘We Are Sane’, suite progresiva clásica de la

banda, uno de tantos manifiestos de contracultura y crítica política a los cuales fue consistentemente adepta la banda desde el ingreso de Mann. ‘Fact and

Fiction’ es una muestra de la faceta más amistosa con el pop de parte de Twelfth Night, en este caso, al estilo de un híbrido entre OMD y Gary Numan. Con Mitten y Revell tocando sintetizador junto al teclista de siempre Battersby, el grupo se transforma en un ensamble de tecno-art-rock. La presentación que hace Geoff Mann, ayudado por un también carismático Mitten en su imitación de discurso presidencial, es de antología. ‘The Poet Sniffs a Flower’ es el instrumental que naturalmente se expande a partir de la nota con la cual concluye ‘Fact and Fiction’: este elegante despliegue musical bebe de las fuentes de Genesis y Camel, pero con ese filo propio que TN sabe fluidamente insuflar a sus composiciones. El estilo guitarrero tiene varios resabios de Gilmour y Hackett fáciles de advertir par el fan progresivo mínimamente informado, pero también se hace eco del refinamiento heavy de un Steve Harris y de la vibración grisácea de un John Ashton (Psychedelic Furs).

‘Sequences’, con sus más de 17 minutos de duración, se articula como otra suite

progresiva particularmente ambiciosa. Portando un espíritu ágil y agrio al modo

de ‘We Are Sane’, su temática antibelicista ubicada en el contexto de la propaganda manipulatoriamente patriótica de aquellos tiempos, el grupo se engarza en un esquema sonoro más agresivo que nunca antes en todo el concierto.

Con un toque de silbato y su marcada enunciación de la frase "Alright lads! Over the top we go!", Mann establece su propia variación del "A flower!" gabrieliano con equivalente teatralidad y con una mayor acidez. Perpetuando el aspecto épico al cual está llegando este registro, ‘Creepshow’ enfila sus flechas críticas esta vez contra el poder enajenante y alienante de los “mass media”, de acuerdo al interés de las máximas autoridades económico-políticas por mantener al ciudadano de a pie en un lugar acrítico y resignado. Si bien no

existe una pauta matemática para medir “cantidades” de teatralidad, de todos modos me atrevo a señalar que en esta canción el magnetismo histriónico de Mann

llega a su máximo culmen. Instrumentalmente hablando, esta pieza no ostenta la misma plenitud que ‘We Are Sane’ o ‘Sequences’, pero sin duda supone un momento

de especial intensidad dentro de este repertorio. ‘East of Eden’ tiene un espíritu marchoso y urgente, muy afín al estándar de la new wave como Fischer-Z, por ejemplo. Este tema porta un gancho lo suficientemente fuerte como para cerrar debidamente cualquier concierto, pero una ocasión tan especial

como ésta amerita un cierre más significativo para la banda y el público: el himno pacifista de TN ‘Love Song’, como no podía ser de otra manera. El aire de

finalización se siente en el aire: Mann quiere concretar su marcha de las filas

de TN con este mensaje de esperanza, solidaridad y persistencia. El público acompaña complacido a Mann, quien a su vez se muestra entusiastamente melancólico en su despedida mientras un repetido solo de guitarra lleva al cierre definitivo de esta última canción.

Ésta ha sido para mí la experiencia de “Live and Let Live”. Recomiendo este ítem para todos los inquietos coleccionistas, pues en verdad que ofrece una imagen sonora muy real del poder de Twelfth Night como fuerza creativa dentro de una etapa en la que una porción del multívoco género progresivo estaba en proceso de regeneración y revitalización.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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