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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 THE MUFFINS: "Chronometers" (1992)

Temas

  1. Chronometers (22:59)
  2. Come What Molten Cloud (2:52)
  3. Apparently (3:31)
  4. Courtesy of Your Focal Interest Span (0:44)
  5. Please Do Not Open Dr. Fischer (2:23)
  6. The Manilla Robots (2:21)
  7. Joe Crop On A Toxic Planet (5:09)
  8. The Bush (2:41)
  9. Mammoth Hide (1:34)
  10. Creature Comforts (1:29)
  11. Like A Machine That Only Works When It's... (1:59)
  12. Look At the Size Of That Sponge (1:45)
  13. Early American Ears (1:15)
  14. Three Days That Won't Soon Fade (2:53)
  15. You Eat Them Pears (5:05)
  16. Peacocks, Leopards and Glass (3:38)
  17. Crezner Ok (3:40)
  18. Blind Cave Tetra (2:46)
  19. Evening Hataiva (1:37)
  20. Six Thick Thistle Sticks (0:31)
  21. L (1:24)

Integrantes

  • Tom Scott: clarinetes alto y tenor, flauta, oboe, saxos alto y soprano, voz, xilofón, melódica, campanas
  • Michael Zentner: guitarra, armónica, violín, voz
  • Billy Swan: bajo, contrabajo, órgano, percusión, voz
  • Stuart Abramowitz: batería, percusión, voz
  • Dave Newhouse: órgano, piano, piano eléctrico, percusión, xilofón, voz

Antes de que lograra editar su primer disco oficial "Manna/Mirage" en 1978, el aventurero ensamble estadounidense The Muffins llevaba más o menos 5 años estableciendo un repertorio ampliamente basado en el Canterbury, aunque también

incluía elementos del jazz-rock que predominaba en varias esferas de su país, además de ciertos recursos dadaístas y surrealistas inspirados en el primer Henry Cow y en Zappa. Justamente este disco "Chronometers", editado a inicios de los 90s, recoge grabaciones caseras que el grupo realizó entre los años 1975

y 1976, cuando aún era un quinteto (para la época del "Manna/Mirage", The Muffins había perdido a su guitarrista, y dicho sea de paso, el puesto de baterista era ocupado por otro distinto al original). El repertorio recogido aquí conforma todo un testimonio extemporáneo, aunque artísticamente valioso, de todas aquellas potencialidades de imaginación e ingenio que se abrieron a la

mente musical humana de la mano del Canterbury a través del mundo: este grupo merecía estar en el mismo parnaso que Hatfield, National Health, Matching, Gilgamesh,=85 y bueno, mejor que nunca es que llegue tarde a nuestros oídos este magnífico testimonio musical que no debe perderse en la niebla inapelable del anonimato absoluto.

El tema 'Chronometers', el cual tiene una monumental duración de casi 23 minutos, es un tremendo buffet progresivo donde cada insumo, cada sazón y cada condimento rebosa de exquisitez en medio de la algarabía de extravagancia que tiene lugar. Los ágiles toques de xilofón, melódica, guitarra y bajo que inician este viaje progresivo irradian un colorido grácil a modo de coqueto preludio, siendo así que lo Canterbury inunda el espacio una vez que el ensamble elabora plenamente la sucesión de motivos: tenemos aquí una combinación del Soft Machine post-Wyatt y Nucleus (el Canterbury más duramente jazzero), siendo así que los ornamentos atonales delicadamente retorcidos que salen a colación más de una vez nos remiten un poco a Zappa y otro poco al Henry Cow del "Leg End". Este grupo sabe sin duda lo que hace y tiene un conocimiento detallado de cómo plasmar sus influencias en algo propio desde donde se pueda reconocer su aporte especial - sobre todo, el personal de The Muffins sabe funcionar como una unidad integral de varias identidades cohesionadas en una visión común llena de vigor e ingenio. A partir del séptimo

minuto y medio, hay ciertos arreglos vocales, conversaciones, monólogos y efectos de sonido televisivos que se engarzan con una sección tenue de corte free-form, con lo cual se gesta una sección dadaísta que honra bastante este tipo de recursos aleatorios que tan frecuentemente se utilizan en las vertientes vanguardistas del progresivo. Poco antes del minuto 10'30", las cosas vuelven al cauce de los motivos instrumentales por medio de un pasaje bastante extrovertido, siempre inserto en la herencia jazzera del Canterbury. En el décimo sexto minuto, el vuelo instrumental se detiene, con lo cual pasamos a una sección marcada por acordes de piano eléctrico y casuales conversaciones entusiastas entre borrachos que brindan sus jarras de licor sin parar. Poco a poco se arma un crescendo que nos catapulta a una sección tensamente atonal, la cual crea un aire de inaudita expectativa antes de derivarse inesperadamente a otra sección más lirica - el guitarrista Michael Zentner pasa a una doble secuencia de violines para este momento específico. La

coda mantiene parcialmente el tono lírico aunque con un grisáceo matiz cósmico provisto por el sintetizador, instrumento que pasa al frente para los últimos 5o segundos. Vaya=85 !qué festín!... y eso que no hemos llegado ni siquiera a la mitad de este banquete que se explaya antes nuestros oídos.

El resto del repertorio consta de varias piezas (!!20!!) de extensión mucho menor, siendo así que muchas no llega ni siquiera a la barrera de los 2 minutos. Hay temas hilados en secuencias: 4-5, 9-14 y 17-21. La secuencia 9-14 es bizarra, traviesa, humorística e incluso insensata, pero cuánta dosis de pulcra fineza invierten estos músicos en articular esta secuencia sin que se les escape un ápice de sonido de sus manos. Pasaremos ahora a algunos temas individuales, comenzando con 'Come What Molten Cloud', que es algo que pudo haber sido concebido por el Soft Machine de "Bundles", así como 'Apparently' nos remite a Isotope y al Soft Machine del "Six" y el "Seven". Esta última impresión se reitera en mi mente cuando escucho 'Peacocks, Leopards and Glass',

el tema no. 16. 'The Manilla Robots' es una pieza que destila recursos zappianos a través de un sólido filtro jazz-rock: definitivamente, teniendo en cuenta su grácil gancho, ameritaba una expansión mayor a los menos de 2 minutos

y medio que le otorgaron The Muffins. 'Joe Crop On A Toxic Planet' desarrolla un primer cuerpo central bastante lírico que va frontalmente a contrapelo de su

caótica introducción; su segundo cuerpo central expresa una estilizada extroversión, aunque aparece en algún momento un interludio cálidamente melancólico basado en finos trazos del violín. La secuencia de los últimos cinco temas muestra algunas atmósferas grisáceas que no habían sido tan comunes

en lo que había precedido a lo largo del disco: es como si el grupo explorara a

ratos su faceta más misteriosa (atención al viaje de musique concrete que 'Blind Cave Tetra' ofrece como puente entre los temas que lo flanquean), aunque

con la breve parodia de música tropical que emerge en 'Thick Thistle Tricks', nos queda claro que la banda nunca está dispuesta a abandonar su vibración humorística. Balance final para "Chronometers": una joya musical de generosos quilates que, bajo la guisa de oscura retrospectiva, nos muestra a The Muffins como una banda genuinamente heroica dentro de los márgenes más desconocidos del

género progresivo a lo largo de su aún viviente historia.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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