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 SBB: "Welcome" (1979)

Temas

  1. Walkin' Around The Stormy Bay (6:30)
  2. Loneliness (5:25)
  3. Why No Peace (6:04)
  4. Welcome Warm Nights And Days (3:02)
  5. Rainbow Man (3:38)
  6. How I Can Begin (7:00)
  7. Last Man At The Station (9:29)

Integrantes

  • Jozef Skrzek: piano, sintetizadores, armónica, bajo, voz
  • Antymos Apostolis: guitarras
  • Jerzy Piotrowski: batería, percusión

Mientras la década de los 70s estaba llegando a su fin, el ensamble polaco SBB continuaba brindando sus intensos aportes a la escena progresiva que se desarrollaba todavía en Europa del Este. Tratándose del noveno trabajo fonográfico de SBB, se advierte que la banda no es inexperta ni mucho menos, y ciertamente el sonido de "Welcome" se siente maduro y lleno, pero también es verdad que este disco no ofrece la contundencia progresiva que se había vertido

de manera tan brillante en discos precedentes. "Welcome" pertenece a esa época en que SBB aspiraba a la internacionalización de la proyección de su propuesta musical, y de hecho, este disco se publicó en la entonces Alemania Occidental, lo cual ofrecía una oportunidad para expandir el foco de atención hacia otras partes de Europa. Así pues, se puede sospechar que SBB estaba en tránsito de bajar los niveles de complejidad estructural a sus composiciones y remozar éstas bajo arreglos musicales un poco más accesibles.

'Walkin' Around The Stormy Bay' abre el disco con un esplendor progresivo de alto tonelaje, elaborando un clima aguerrido que suena a una cruza entre ELP y UK, más su toque de aires fusionescos a lo Jan Hammer. La resonancia de cada ambiente específico - desde el más fastuoso hasta el más cósmico - es tan poderosa que influye en nuestra memoria de manera contundente incluso si hemos pasado a una sección distinta. No hay duda sobre la grandeza musical tan demoledora con la que se llena los primeros 6 minutos y medio del álbum. Es un hecho que las cosas no volverán a ser las mismas tras este primer tema, y eso se anuncia desde 'Loneliness', pieza cargada de intenciones líricamente románticas, muy afines al Triumvirat de "Old Loves Die Hard". Recién entra la batería poco antes de llegar al tercer minuto y medio, lo cual genera el esquema sonoro adecuado para que Apostolis cree un estupendo solo de guitarra a

lo Gilmour a través de las densas orquestaciones de teclado - se trata, a fin de cuentas, de un buen final para esta canción. 'Why No Peace' sigue por un semejante sendero lírico, pero esta vez el espíritu es más cálido y la pauta rítmica es más ágil: imaginando una cruza entre Starcastle, Camel y el Wakeman del "Criminal Record" podremos hacernos una cercana imagen mental sobre de qué va esta pieza. En suma, se trata de un tema bastante agradable y optimista cuya

bien armada arquitectura le provee de una aureola de sofisticación muy oportuna

en términos progresivos. La primera mitad del disco concluye con la balada 'Welcome Warm Nights And Days', basada exclusivamente en una amalgama de piano y sintetizadores sobre la que el canto meloso de turno se explaya sin empacho: me suena a un campo intermedio entre Elton John y The Alan Parsons Project. La segunda mitad del disco comienza con 'Rainbow Man', pieza de corte jazzero con amplias cadencias soul incorporadas en su esquema rítmico. Si la pieza anterior

nos remitía un poco a Elton John, ésta puede tal vez recordarnos un poco a Stevie Wonder a través del filtro de un Jan Hammer. Al menos, hasta el pasaje final, que es cuando al trío se le ocurre virar hacia un blues rápido de matices country. Me parece que con una serie de arreglos más expansivos, esta canción pudo ser más magnífica. 'How I Can Begin' se puede también describir como una balada progresiva, donde la lánguida sección cantada se desarrolla sobre unas envolventes capas de teclado adornadas con fraseos de guitarra acústica y recursos percusivos varios (campanas, vibráfono, tímpanos). Como para crear una suerte de misterio, de la mano del órgano, la pieza se traslada hacia ambientes casi tétricos durante los últimos dos minutos, pasando a territorio más propio de Goblin - el truco está muy bien hecho, pues la transición de lo lánguido a lo aterrador ha sido sólida y fluida, aunque no por

ello menos inesperada. El disco termina con 'Last Man At The Station', pieza que recoge inicialmente algo del misterio expresado en la pieza precedente, aunque pronto el cuerpo central de la canción revela un reflexivo aire floydiano. La mezcla de balada soul y ambientes espaciales funciona muy bien.

En líneas generales, tenemos aquí un disco muy bien armado aunque demasiado inclinado hacia los pasajes lentos, y ello repercute en que el resultado final no iguale el vigor que había signado discos anteriores de SBB de manera vital. La nota final para "Welcome", debe ser buena, aunque para el tema de entrada debe ser sobresaliente y para 'Why No Peace', notable. Me propongo firmemente la tarea de seguir investigando en el legado de SBB, una de las tantas tareas pendientes en mi colección progresiva.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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