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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 PYTHAGORAS: “After the Silence” (1982)

Temas

  1. After The Silence I [1st Movement ~ Introduction ; 2nd Movement ~ Opus I Diabolus in Musica ; Opus II Étude for Flying V ; Opus III Scherzo ; 3rd Movement ~ Endless Hymn]
  2. After The Silence II [4th Movement ~ Opus I Turn ; Opus II Return ; 5th Movement ~ Opus I Caprice ; Opus II Interludium ; Opus III: Reprise ; 6th Movement ~ Scherzo Reprise ; 7th Movement ~ Grand Finale]

Integrantes

  • René de Haan: sintetizadores, mellotron, órgano
  • Bob de Jong: batería, pedales bajos, piano eléctrico, sintetizador

Colaboradores – Nick Blaser (violín), Martin Knaap (bajo), Carolien Krul (flauta), Arjen Lucassen (guitarra, pedales bajos), Michel van Wassem (Novatron en 4th Movement)

El grupo holandés Pythagoras es uno de aquellos innumerables ítems desconocidos de fines de los 70s e inicios de los 80s cuya obra se ha podido hacer accesible al público progresivo recién en la era digital. La edición de su material en formato CD ha permitido apreciar su estilo lánguido y cósmico basado en la confluencia del Pink Floyd 71-75 y la magia cósmica proveniente del Vangelis y el Tangerine Dream de los últimos 70s.

La primera parte del disco comienza con ruidos de un vuelo cósmico, siendo así que al poco rato se asientan unas lánguidas capas mínimas de sintetizador y mellotron que, a pesar de su simpleza, logran crear un poderoso ambiente de expectativa. Mientras los sonidos de teclados se amontonan a la par que mantienen la cadencia mínima original, se prepara la emergencia de un compás lento que le debe mucho al Pink Floyd del “Wish You Were Here”: el acento gilmouriano que el invitado Arjen Lucassen imprime a su solo de guitarra ayuda ciertamente a crear ese efecto mental en el oyente. Este pasaje es lo suficientemente extenso como para sacarle buen provecho a los fraseos de guitarra dentro de este contexto sonoro. Después sigue una secuencia con ruidos parecidos a los de una compleja maquinaria funcionando para generar movimiento, la cual conduce a un recurrente sonido secuenciado que operará como complemento de la batería para la siguiente sección, otra fantasía floydiana en la que el ensamble hace un uso consistente de la contención las cortinas de base. El solo de sintetizador establece retazos sólidos con una complejidad medida de acuerdo a la ocasión. La segunda parte resulta, en mi opinión, más cohesiva en su estructura, y de hecho, se explaya de manera más sólida en la cadencia cósmica propia de la ideología artística de Pythagoras. La sección inicial sigue muy de cerca los sonidos del tipo híbrido entre Pink Floyd y Tangerine Dream, llegando a un falso clímax que se interrumpe para dar paso a un hermosos solo de violín que se entromete en medio de ruidos de vehículos pasando por todos lados. Los últimos fraseos del violín introducen la armonía básica de la siguiente sección, la más bombástica del disco: la manera tan ágil con que el sintetizador de cuerdas arma el espíritu de esta sección ayuda a generar un dinamismo especial al asunto. El ornamento provisto por una secuencia espacial marcada por el diálogo entre los flujos del mellotron y los vuelos del recuperado violín ofrece una variante inesperada e interesante para el cierre de este segmento. Como siempre, hay efectos de sonido que preceden al surgimiento del siguiente motivo musical, un bonito pasaje que se perpetúa poco después en un solo de flauta. Otro pasaje lento retoma motivos armónicos de una de las secciones de la primera parte: los colores flotantes ofrecidos sucesivamente por la guitarra y el violín descargan las potencialidades melódicas pautadas para dicho pasaje.

“After the Silence”, sin ser espectacular ni ofrecer algo retador en términos de creatividad vanguardista, resulta un ítem más que interesante para el ardoroso coleccionista progresivo. Pythagoras es un nombre que merece ser rescatado del olvido en medio de los mecanismos de difusión del género en la red.

César Mendoza

(Dedico esta reseña a César Monterroso, agradeciéndole el haberme introducido en el mundo de Pythagoras)

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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