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 POPOL VUH: “Affenstunde” (1970)

Temas

  1. Ich mache einen Spiegel [Dream Part 4 - Dream Part 5 - Dream Part 49]
  2. Affenstunde

Integrantes

  • Florian Fricke: sintetizador Moog
  • Frank Fiedler: sintetizadores
  • Holger Trülzsch: percusión

“Affenstunde” es el disco debut de Popol Vuh, ensamble musical dirigido por Florian Fricke y que ya desde este punto de partida se atisbaba como un nombre importante dentro de la tradición krautrock. En este caso específico, la vertiente electrónica con predominancia de atmósferas y paisajes de sintetizador es la clave. En fin, la cosa es que esta línea de trabajo no será a la postre permanente, pues en pocos años Fricke irá dando prioridad a sonoridades acústicas, pero lo que sí es una constante es la intención de generar y moverse en medio de climas místicos, contemplativos, rodeados de una misteriosa densidad afín a la imagen del secreto que aguarda a quienes se aventuran a hacer profundos viajes espirituales. “Affenstunde” contiene un esquema sonoro muy cercano a lo que uno o dos años después empezará a hacer gente como Klaus Schulze o Tangerine Dream (“Zeit”). Es decir, algo muy diferente de los fluidos y más cálidos climas que conformarán los repertorios de discos como “Seligpreisung” o “Einsjäger & Siebenjäger”.

‘Ich mache einen Spiegel’ comienza con una serie de efectos y variantes sintetizadas, tremendamente oníricas, asentadas sobre una base pulsacional tenue pero decisiva. En los últimos dos minutos surge un motivo percusivo, pero

no para salir al frente sino para realzar ciertos matices emanados por la secuencia sintetizada. Es en la segunda sección de ‘Ich mache einen Spiegel’ que las percusiones salen al frente, creando un esquema tribal al modo de un ritual espiritual que se explaya en medio de los sonidos de tormenta contenida expuestos por el sintetizador – también hay sonidos de sintetizador utilizados como un elementos percusivo extra. La secuencia rítmica no es monótona, y ni siquiera es firme: más bien se dan unas variantes interesantes en las cadencias, con lo cual se genera una impresión de estar ante un momentum especial donde el clímax no se cumple del todo. Y eso tiene sentido porque con la tercera y última sección del primer tema arribamos a un pasaje minimalista: el calor telúrico tan patente en la sección precedente deja paso ahora a un paisaje sonoro sombrío, un tanto tétrico en sus oleajes cósmicos de sintetizador. Se cuelan ciertos sonidos percusivos, operando como cómplices de las texturas tenebrosas dominadas por los sintetizadores. El tema homónimo ocupa la segunda mitad de esta obra con sus casi 19 minutos de duración. Al poco de iniciarse la pieza ya tenemos una sólida confluencia de pulsaciones percusivas y loops sintetizados que crean un puente entre el “Ummagumma” de Pink Floyd y el primer disco de Tangerine Dream, aunque cabe recalcar que Popol

Vuh ya cuenta en esta etapa seminal con recursos para crea reutilización y frescura a través de sus viajes sonoros experimentales. A medida que van persistiendo estas cadencias aumenta la sensación de estar escuchando la celebración de un aquelarre o algo así, una invocación a los patrones e inspiradores de la magia negra. En el quinto minuto desaparece el tamborileo y gradualmente se impone un ambiente minimalista que sirve como puente para otro motivo más intenso. Dicho motivo contiene un hipnótico solo de sintetizador que

pasa como flotando sobre espartanas capas y loops ocasionales, guiando lo que queda de la pieza hacia un sendero de asombro meditativo. Este solo de sintetizador se extiende lo suficiente como para crear una escalada hacia matices progresivamente tortuosos a la vez que mantiene su tenor cósmico. Para los últimos minutos, el sintetizador baja un poco la cuota de densidad, lo cual

no le impide seguir elaborando un colorido aéreo consistente hasta el arribo del fade-out.

Este disco y “In Den Gärten Pharaos” (del año 1971) son los únicos de tendencia

electrónica cósmica que Popol Vuh habrá de editar, y solo con las bandas sonoras de algunas películas de Werner Herzog volverá Frocke a experimentar concienzudamente con sintetizadores y mellotrones. De hecho, cabe señalar que “In Den Gärten Pharaos” supera a este disco debut en calidad musical, pero para

nada hay que subestimar a “Affenstunde” – se trata de una obra estupenda, llena

de clase y espíritu visionario, un ítem de gran importancia para dejarse llevar

por la magia de Popol Vuh y comprender la relevancia artística de la vanguardia

germana de los 70s.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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