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 PELICAN: "The Fire In Our Throats Will Beckon The Thaw" (2005)

Temas

  1. Last Day Of Winter (9:36)
  2. Autumn Into Summer (10:44)
  3. March To The Sea (11:37)
  4. Untitled (4:43)
  5. Red Ran Amber (11:20)
  6. Aurora Borealis (4:55)
  7. Sirius (5:47)

Integrantes

  • Trevor de Brauw: guitarras eléctricas y acústica
  • Laurent Schroeder-Lebec: guitarras eléctricas y acústica
  • Bryan Herweg: bajo, guitarra acústica - Larry Herweg: batería

Pelican es una de las bandas más significativas dentro de esta variante del post-rock llamada post-metal: o sea, rock atmosférico y apoyado en vibraciones emparentadas con el space-rock pero con un filo guitarrero contundente que revela una sensibilidad metalera, la cual se impone no como un adorno o un matiz, sino como un ingrediente vital para el esquema sónico resultante. Una vez que he intentado hacer una somera descripción del post-metal, podemos acercarnos al que usualmente es considerado como uno de los mejores discos de la carrera de Pelican: "The Fire In Our Throats Will Beckon The Thaw". Siendo el segundo CD de larga duración después del debut "Australasia" y un EP homónimo que precedió a este último, "The Fire In Our Throats Will Beckon The Thaw" refleja cabalmente el estándar por el cual las grabaciones posteriores serán habitualmente evaluadas y degustadas por críticos y fans. El tercer tema de este disco, 'March To The Sea', es una versión más corta de 'March Into The Sea', pieza de 20 minutos contenida en un EP publicad ocas idos meses antes del

álbum que tenemos en manos ahora.

'Last Day Of Winter' abre el disco con una ceremoniosidad entre cósmica e introspectiva, solventemente cubierta por el manejo de un nervio controlado en los guitarreos mientras la batería elabora una cadencia introductoria sobre un compás lánguido. Una vez metidos en el corazón de la pieza, el cuarteto elabora

una atmósfera sólida y sobriamente inquietante, como si la esencia de lo nostálgico pudiera emanar un tipo de luz renovadora por obra y gracia de la armazón de texturas y timbres que De Brauw y Schroeder-Lebec crean en sus ágiles compenetraciones. El clímax rotundo que se desarrolla entre el quinto minuto y medio y el séptimo y medio es irrefutablemente impactante, marcando un

decisivo momento de erupción emocional tras el cual solo cabe abocarse a una calma sanadora; esta última idea se completa con una hermosa coda de guitarra acústica. 'Autumn Into Summer' se toma las cosas con un poco más de calma, al menso durante sus primeros cuatro minutos, donde hay una situación de permanente expectativa en la cual el ensamble elabora ciertos grooves y cadencias moderadamente complicadas bajo un tenor reflexivo y contenido. Poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio, la instrumentación aumenta notablemente su dosis de muscularidad, aunque se nota que el ensamble decide permanecer firme en su curiosidad por explorar el groove y enfatizarlo en varios aspectos, en vez de volcarse hacia algún recurso de densidad o fortaleza electrizante: eso sí, algunos riffs portan una solidez inconfundiblemente metalera consigo. La familiaridad con Isis y Red Sparowes es

evidente en cuanto a la estructura de los desarrollos sonoros, pero ojo, que no

queremos insinuar para nada que Pelican es un ítem falto de personalidad propia. 'March To The Sea' es el tema que sigue a continuación, estando a cargo

de explorar con mayor ostentación las aristas más extrovertidas de tensa visión

musical de la banda. Hay una sensación de explosión controlada, una expansión de partes destruidas que nunca salen de unos confines bien definidos: la sucesión de motivos esta impecablemente hilada, una estructura bien compacta donde el desarrollo de los sonidos y atmósferas se sigue fácilmente sin que el aura de innegable sofisticación que impera en el vigor rockero en curso suponga

una paradoja o contradicción.

La segunda mitad del disco comienza con el cuarto tema, explícitamente dejado sin titular: las guitarras acústicas se apoderan del centro nuclear de la pieza, realizando una ambientación cálida, incluso optimista. A pesar de que no

tiene título, esta pieza parece portarse como la musicalización de un pensamiento contemplativo sobre esos parajes calmados de la Madre Naturaleza que nos da la sensación que nunca se va a romper. De todas maneras, algunas sospechas de futuras intranquilidades salen a relucir cuando emergen algunos trucos electrónicos cuales retazos aleatorios, cerca del final. De este modo, parece anunciarse un nuevo torbellino de explosiones controladas - 'Red Ran Amber', una ambiciosa composición de 11 minutos y pico. Aquí hay efectivamente una confluencia entre 'Last Day Of Winter' y 'March To The Sea' a través de las

líneas de acción desarrolladas en los primeros tres minutos, las cuales se clausuran con unos brochazos de delirantes rasgueos de guitarra que abren la puerta a una sección reposada muy a lo Mogwai. Esta sección se toma unos cuantos minutos para asentar una atmósfera discreta y relajada, antes de tornarse en algo más furioso, amén de mucho más contundente en cuanto a robustez rockera: es aquí que la explosión inicial se reinicia con llamas renovadas de una hoguera que ha tomado suficiente impulso como para quemar todo

a su paso antes de llegar a su culminación definitiva. Esta pieza ha sido diseñada para signar un cénit especial del disco, y ha logrado cumplir exitosamente con tal propósito. 'Aurora Borealis' se explaya en un ejercicio de

puro post-rock, al modo de lo que sonaría el ensamble de Explosions In The Sky si se pusiera a tocar con guitarras instaladas por el personal asistente de Red

Sparowes. Estos matices de enérgica vibración contemplativa incorporados por 'Aurora Borealis' no caen en saco roto pues los últimos 5 BE minutes del album, ocupados por 'Sirius', reflejan en buena medida la vibración contemplativa antes mencionada, pero eso sí, el esquema sonoro adquiere tonos tremendamente musculares en la mayor parte de la segunda mitad, manifestaciones

de polenta rockera que nada tienen que envidiar a las que ya se revelaron en muchos pasajes precedentes del disco. Los ensoñadores pasajes de cierre revelan

el momento en el que el alma reflexiva voltea sobre sí misma y las diversas ideas que abordó y abrigó desde el comienzo del disco. De este modo, "The Fire In Our Throats Will Beckon The Thaw" culmina la exposición de una espléndida hora cumbre en la creatividad desarrollada por Pelican para algunas nuevas orientaciones derivadas del estándar del post-rock. Pelican es una banda que merece la atención de los amantes y curiosos de la vanguardia rockera de nuestros tiempos.

César Mendoza César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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