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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 MANEIGE: “Maneige” (1975)

Temas

  1. Le Rafiot (21:22)
  2. Une Année sans Fin (6:39)
  3. Jean-Jacques (4:13)
  4. Galerie III (7:50)

Integrantes

  • Alain Bergeron: flauta, saxo, teclados
  • Jérome Langlois: teclados, guitarra, clarinete
  • Vincent Langlois: teclados, percusión
  • Denis Lapierre: guitarras
  • Yves Léonard: bajos eléctrico y acústico
  • Gilles Schetagne: batería, percusión

Maneige es una de las bandas más notables de la movida progresiva franco-canadiense, todo un orgullo de la vanguardia quebequense. Aunque siempre

se trató de un ensamble preocupado por explorar la dimensión jazzera y fusionesca de las coordenadas generales del género progresivo, la verdad es que

en sus primeros discos lo jazzero era más un factor importante que el factor nuclear: éste estaba orientado hacia la dinámica del chamber-rock y el RIO, elaborando orquestaciones y florituras complejas empapadas de ambientaciones ágiles y pintorescas. No hablamos de una línea satíricamente burlona como la de

Samla Mammas Manna ni tampoco, por supuesto, de las áridas excursiones sombrías

a las que eran tan afectas bandas francófonas cruciales como Univers Zero o el primer Art Zoyd. Estoy hablando más bien de una proyección extrovertida y muchas veces lírica de la vertiente más experimental del progresivo: Maneige supo reciclar estas inquietudes especiales sin renunciar en el camino a paisajes sonoros de inspiración bucólica y cálida. Este primer disco homónimo es una delicia, sin más tapujos hay que decirlo.

‘Le Rafiot’ ocupa toda la primera mitad del disco. El tema comienza con una exhibición de sonoridades etéreas plasmadas a través de efectos de sintetizador, maderas y percusiones muy a lo musique concrete. Esta tensión sónica se prolonga por 4 minutos antes de que arribe la primera sección debidamente melódica, protagonizada por la flauta y el piano en un clima de corte jazz-fusión (de ciertos coqueteos latinos que rayan un poco con lo tanguero), aunque ciertamente prevalece el aire de distinción clasicista que se

espera de cualquier ensamble chamber-rock. De hecho, con el arribo de posteriores motivos sucesivos, los instrumentistas se explayan en elementos de cámara bastante gráciles y coloridos, patentemente inspirados en las teorías musicales de fines del siglo XIX e inicios del XX. El piano y la flauta permanecen constantemente como los proveedores del centro neurálgico de los vuelos instrumentales, siempre sonando majestuosos y señoriales – cuando las percusiones tonales entran a tallar, estableen oportunos realces del colorido del momento. Los pasajes más juguetones generan una calidez atrapante que hipotizan fácilmente las ansias líricas del oyente empático. Hay otros pasajes más misteriosos donde el grupo se acerca más a los afanes deconstructivistas propios de la onda RIO, pero básicamente Maneige se las arregla para conservar su magia especial en medio de toda esta ambiciosa diversidad compositiva. Recién iniciado el minuto 16 emerge un breve imptromptu de batería y saxo que genera un interesante inesperado contraste frente a las amalgamas más recurrentes; ciertamente, el carácter revulsivo de esta breve sección se hace más patente con la aparición de las melancícas líneas de flauta que siguen de inmediato. El vigor colorido expuesto en la coda termina con lo que parece el ruido de un disparo – definitivamente, esta pieza ha sido todo un manifiesto de

bizara magnificencia revestida de estupenda exquisitez.

La segunda mitad del disco se inicia con ‘Une Année sans Fin’, una pieza que refleja una labor más concentrada tanto en composición como en ejecución: los aires de dispersión son parcialmente reemplazados por una arquitectura un poco más robusta, aunque este tema no. 2 no está para nada exento de recovecos multi-temáticos. En todo caso, los motivos más tirados hacia lo pastoral sirven

para refrescar la complejidad integral de la pieza. Según lo que escuchamos en ‘Jean-Jacques’, Maneige puede realmente crear una magia especial cuando enfatiza su faceta lirica: el ritmo de vals sobre el que consistentemente se desarolla el tema establece una fluidez compacta a través de las bien calculadas modificaciones de ambiente. Pero oh sorpresa, cercadel final emerge una sección cacofónica parcialmente emparentada con Art Bears, aunque sin ser demasiado chocante frente al cuerpo central. ‘Galerie III’ cierra el reperotorio con ciertos aires zappescos (el uso de variaciones inverosímiles y la utilización de ciertos recursos vocales que van más a lo humorístico que a otra cosa), aunque tambié se puede decir que Maneige anticipa en cierta medida las propuestas de Dün y Cartoon. El giro que Maneige da hacia una frontalidad sinfónica en el motivo de cierre está muy bien armado, pero la verdadera coda llega con el ejercicio vanguardista que recoge lo ya hecho al inicio de ‘Le Rafiot’. De este modo, el LP original termina completando un círculo... pero no

el CD reeditado en 2007, que tiene dos bonus tracks. Uno de ellos es una toma distinta de ‘Jean-Jacques’, portando una sonoridad un poco más agresiva que la versión oficial. El otro lleva el simpático título de ‘Tèdetèdetèdet’, reflejando muy bien el espíritu alegre de la composición básica manifiesta a través de la grácil complejidad en la que Maneige insiste con plena solvencia.

Termino esta reseña volviendo a aseverar con sólida convicción que “Maneige” es

un supremo tesoro del progresivo setentero fuera del ámbito anglosajón: Maneige

es una banda que debería estar presente en cualquier buena colección progresiva.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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