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 KBB: “Proof of Concept” (2007)

Temas

  1. Inner Flames
  2. Weigh Anchor!
  3. Stratosphere
  4. Intermezzo
  5. Rice Planting Song
  6. Lagoon Nebula
  7. 40 Degrees
  8. Order from Chaos

Integrantes:

  • Akihisa Tsuboy: violines
  • Toshimitsu Takahashi: teclados
  • Dani: bajo
  • Shirou Sugano: batería

Tenemos en nuestras manos el nuevo trabajo de estudio de KBB, el tercero para ser más precisos. “Proof of Concept” ha recibido ya elogios en Babyblaue (http://www.babyblaue-seiten.de/album_8453.html), ProgGonis (http://www.proggnosis.com/MUSIC_DBCDInfo.asp?txtCDID 23257) y Sea of Tranquility (http://www.seaoftranquility.org/reviews.php?op=showcontent&id=5808), y por lo que he escuchado apenas adquirido mi ejemplar es más que justo alabar esta estupenda obra musical. Para el momento en que estoy elaborando esta reseña ya he terminado mi tercera escucha, por lo que con esta poca cantidad de distancia puedo acometer algo de observación y análisis a esta impresión tan positiva que me ha causado esta exquisita obra progresiva. El disco sigue el camino de sonoridades plasmado en “Four Corner’s Sky”, aunque poniendo más énfasis en la fuerza durante los pasajes extrovertidos, y explorando más el lirismo en los pasajes cándidos; incluso se nota una acentuación del elemento folk cuando salen a relucir idea melódicas de tenor exótico.

El disco abre con ‘Inner Flames’, un tema que yo ya conocía de su CD y DVD en vivo: esta versión de estudio nada tiene que envidiar a las versiones en vivo en lo que se refiere a contundencia y expresividad. La apertura con esos redobles de batería, los incendiarios solos de sintetizador y violín, las cadencias armonizadas al unísono por el bajo y el violín, la elegante vivacidad de la dupla rítmica, todo aporta sólidamente al desarrollo de energía que tiene lugar a lo largo de los casi 10 ½ minutos que dura la pieza – los ambientes más flotante que emergen en el interludio sirven para brindar grácil frescura al asunto, aunque la vibración pletórica es omnipresente. Una apertura tan intensa como ésta solo puede ser sucedida por una cálida llovizna de sensibilidad melódica: ‘Weigh Anchor!’ es todo un prodigio de romanticismo y serenidad, bien llevado (como no podía ser de otra manera) por el fantástico violín de Tsuboy. Difícil no pensar en el dúo Goodman-Hammer cuando se escucha este tema. ‘Stratosphere’ porta la marca de una profundización más minuciosa en lo etéreo, aunque esta vez la cosa es menos romántica y más misteriosa. Hay una suerte de crescendo “reprimido” que el ensamble utiliza para sostener un ambiente cristalino con el buen oficio requerido para que la firmeza no opaque la emotividad del momento. Luego sigue una sección ágil sobre un esquema de 7/8 donde el aura frenética termina por imponer su luminosidad: los ornamentos arábigos son cautivadores, especialmente en lo que se refiere al tremendo solo de sintetizador que brota por ahí. Buena parte de lo magistral de este disco se funda en los duelos y alternancias entre Tsuboy y Takahashi – no tienen una molécula de desperdicio. Después sigue ‘Intermezzo’, el tema más ensoñador del disco, focalizándose en lo romántico: belleza en manifestación pura ante la contemplación estética absolutamente quieta, como si un mínimo movimiento del receptor fuera potencialmente fatal para dicha belleza.

‘Rice Planting Song’ y ‘Lagoon Nebula’ son los temas más “raros” del disco, en el sentido de que muestran estructuras musicales que no son de las más habituales dentro de la propuesta musical de KBB. ‘Rice Planting Song’ mezcla las vibraciones de la música de circo, el ska y el folklore eslavo en una dinámica juguetona, con un frívolo optimismo derrochado a raudales – imaginemos cómo haría Jean-Luc Ponty para componer una pieza tras pasar tres horas disfrutando de Samla Mammas Manna y Alamailman Vasarat. Por su parte, no se puede otorgar optimismo a ‘Lagoon Nebula’ a pesar de tener una intensidad y colorido típicos de KBB: se trata más bien de un semi-lento de jazz-rock con elementos incorporados de la faceta densa del chamber-rock (sin lo oscuro), lo cual permite a KBB acercarse un poco al prototipo de Univers Zero, y de rebote, a los pasajes más inquietantes del “Four Corner’s Sky”. A diferencia de los demás temas del disco, “40 Degrees” fue compuesto por el bajista Dani – queda como una muestra más de KBB explotando su tendencia jazzera con influencia de Weather Report y Return to Forever, combinando claridad melódica y enérgica prestancia. ‘Order from Chaos’ ocupa los nueve minutos finales del disco, plasmando esa mágica confluencia entre jazz-prog y sinfonismo a la que KBB imprime su sello característico, sacando el jugo a un base melódica sencilla. Es como una reiterada “declaración de principios musicales”, apta para cerrar el repertorio de “Proof of Concept”, una gema progresiva de este año 2007 que ya se nos va.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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