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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 iX: “Ora Pro Nobis” (2007)

Temas

  1. Ore Pro Nobis
  2. The Expert
  3. Seven Pillars of Wisdom
  4. Keyla
  5. Ocaso
  6. Hombres Honorables
  7. Radiante
  8. Warriors
  9. The Promised Mind
  10. Invocando a la Luz

Giuglio Cesare Della Noce: teclados, arreglos

Colaboradores – Sandor Bassi (percusión), Miguel Ángel Echevarreneta (bajo, guitarra española, guitarra eléctrica), Julio d’Hers (batería), Pedro Castillo (guitarras eléctricas, voz), Gerardo Ubieda (batería), Leonardo Córdova (batería), Nayin Paiva (trompeta), Isabel Roch (trombones), Ricardo Parra (batería), Johann Mena (bajo, guitarras eléctricas), Franklin Holland (guitarra eléctrica), Eduardo de Abreu (guitarra eléctrica), Damián Mejicano (guitarra eléctrica), Ramón Perruelo (armónica), Kreils (guitarra acústica), Edith Salazar y María Lucía Carrizo de Della Noce (corales), José Vicente Ziegler (voz), Carola Landaeta (voz)

iX es el nombre de otro proyecto lateral a Témpano, gestado y dirigido por Giuglio Cesare Della Noce: con esto se une a su compañero Gerardo Ubieda, quien hace un par de años lanzó al mercado su muy interesante álbum “God’s Garden” bajo el seudónimo de Odrareg. iX ofrece una propuesta más variopinta, la misma que se encarna en este disco “Ora Pro Nobis” sin ningún tipo de timidez. Sin querer para nada aminorar o relativizar la valía artística individual de Della Noce, me atrevo a diagnosticar que este teclista es una de las principales fuentes de osadía estilística en el desenvolvimiento de la bizarra visión progresiva de Témpano. Aquí encontramos recursos, alternados o yuxtapuestos, de la academia tradicional, la vanguardista, el rock melódico, el jazz, lo ambiental, lo electrónico, sampleos de narraciones y palabras sueltas, matices minimalistas, y orquestaciones multicolores propias de la fastuosidad rock-sinfónica. El precio que paga Della Noce es el de arriesgarse a generar un cuadro musical no totalmente cohesivo en el espectro integral, pero sin duda la escucha de este disco supone un viaje supremamente interesante para el oyente verdaderamente aventurero.

La introducción homónima consiste en un rezo latín al que pronto se le unen tambores marciales y perturbadores sonidos semejantes a los de un tétrico aquelarre absorto en un momento peculiar de histeria. Lo tétrico deja paso a lo majestuoso con ‘The Expert’, una pieza articulada sobre una base de jazz-prog donde la pomposidad exhibida por los teclados aborda un esquema donde confluyen lo sinfónico y la fusión (incluyendo mágicos fraseos de guitarra española): en muchos sentidos, esta pieza tiene una sonoridad emparentada con la que plasmó Témpano en su magnífico concept-disc “The Agony & the Ecstasy”, aunque esta pieza resalta los contrastes a través de las variantes. ‘Seven Pillars of Wisdom’ va por un camino parecido, aunque esta vez el énfasis está en la psicodelia electrónica, con claros tintes de inquietud extravagante. Este tema es algo que podría componer la gente de Ozric Tentacles después de pasar una tarde escuchando discos de Art Zoyd y Univers Zero. Con el final de ‘Seven Pillars of Wisdom’ llegamos a un clímax particular del disco, por lo que la breve sonata de piano titulada ‘Keyla’ supone todo un cambio de dirección hacia la melancolía encapsulada en su propia contemplación distante. Esta dirección se completa con la estilizada balada rock ‘Ocaso’. La voz de Edith Salazar le da un aire adicional en clave soul al tema a través de su bien definido desarrollo.

‘Hombres Honorables’ y ‘Radiante’ conforman sendos picos del disco, y como vienen seguidos, conforman otro clímax del disco. ‘Hombres Honorables’ es todo un viaje musical intenso y exquisito, articulado en torno a texturas tan sombrías e imponentes a la vez, que me recuerda muchas veces al Alter Crying del “De Profundis” – el énfasis en lo ceremonioso inteligentemente evita que la pieza caiga en la saturación. La tendencia chamber-rock expuesta por ahora concluye con ruidos de lluvia tormentosa, los cuales abren la puerta a ‘Radiante’, una pieza con una estructura aun más bizarra que la precedente. Su dinámica esencial consiste en una serie aleatoria de adornos y capas de sintetizadores, corales y efectos, en un ejercicio de vanguardia visceral. Hay momentos en los que parece que el paisaje sonoro se hunde gradualmente en el silencio, mientras que en otros se producen erupciones opresivas puramente opresivas. ‘Warriors’ y ‘The Promised Mind’ regresan al sendero del sinfonismo empapado en aromas jazz-rock y fusión: el primero contiene aires arabescos-aflamencados en medio de sus solemnes desarrollos melódicos, mientras que el segundo está prioritariamente concentrado en ambientaciones alegres. Ambos temas tienen un aire de familia inconfundible con la música de Témpano. ‘Invocando a la Luz’ es una canción semi-lenta que cierra el disco, con una sencilla estructura melódica pero lo suficientemente ornamentada como para resultar llamativa a los oídos del melómano típicamente progresivo. Tal vez los ornamentos de esta pieza de cierre sean producto del arrastre que lleva de los dos temas precedentes – en todo caso, se trata de una secuencia bien hilada que se corresponde con la diversidad focalizada de “Ora Pro Nobis”. iX es una prueba definitiva del genio y talante productivo de la gente de Témpano para la vigencia del progresivo, ya sea en conjunto o por separado.

César Mendoza

Temas

  1. Ora Pro Nobis
  2. The Expert
  3. Seven Pillars of Wisdom
  4. Keyla
  5. Ocaso
  6. Hombres Honorables
  7. Radiante
  8. Warriors
  9. The Promised Mind
  10. Invocando a la Luz

Giuglio Cesare Della Noce: teclados y procesos

Colaboradores – Miguel Ángel Echevarreneta (bajo, guitarras española y eléctrica), Pedro Castillo (guitarras eléctricas, voz), Demian Mejicano (guitarras eléctricas), Eduardo de Abreu (guitarra eléctricas), Franklin Holland (guitarra eléctrica), Kreils (guitarras acústicas), Johann Mena (bajo),

Gerardo Ubieda (batería), Julio d’Hers (batería), Leonardo Córdova (batería), Ricardo Parra (batería), Nayin Paiva (trompeta), Isabel Roch (trombones), Islam, Shadzilíes y Hayy Sidi Said ben Aÿiba al Andalusí (fuente), Sandro Bassi

(percusión), Edith Salazar (voz), Ramón Perruolo (armónic, voz), Banda Militar del Colegio san Agustín (tambores), María Lucía Carrizo de Della Noce, Aura Marina Franceschi, Aurelia Pérez, Teresa Damato, Victoria Yllas, Estela Araujo,

Nadja Prophete, Mael Santiago y Sandro Bassi (Los Fieles)

iX es el nombre de otro proyecto lateral a Témpano, gestado y dirigido por Giuglio Cesare Della Noce: con esto se une a su compañero Gerardo Ubieda, quien

hace un par de años lanzó al mercado su muy interesante álbum “God’s Garden” bajo el seudónimo de Odrareg. iX ofrece una propuesta más variopinta, la misma que se encarna en este disco “Ora Pro Nobis” sin ningún tipo de timidez. No queriendo para nada aminorar o relativizar la valía artística individual de Della Noce, me atrevo a diagnosticar que este teclista es una de las principales fuentes de osadía estilística en el desenvolvimiento de la bizarra visión progresiva de Témpano. Aquí encontramos recursos, alternados o yuxtapuestos, de la academia tradicional, la vanguardista, el rock melódico, el

jazz, lo ambiental, lo electrónico, sampleos de narraciones y palabras sueltas,

matices minimalistas, y orquestaciones multicolores propias de la fastuosidad rock-sinfónica. El precio que paga Della Noce es el de arriesgarse a generar un

cuadro musical no totalmente cohesivo en el espectro integral, pero sin duda la

escucha de este disco supone un viaje supremamente interesante para el oyente verdaderamente aventurero.

La introducción homónima consiste en un rezo latín-español al que pronto se le unen tambores marciales y perturbadores sonidos semejantes a los de un tétrico aquelarre absorto en un momento peculiar de histeria. Lo tétrico deja paso a lo

majestuoso con ‘The Expert’, una pieza articulada sobre una base de jazz-prog donde la pomposidad exhibida por los teclados aborda un esquema donde confluyen

lo sinfónico y la fusión (incluyendo mágicos fraseos de guitarra española): en muchos sentidos, esta pieza tiene una sonoridad emparentada con la que plasmó Témpano en su magnífico concept-disc “The Agony & the Ecstasy”, aunque esta pieza resalta los contrastes a través de las variantes. ‘Seven Pillars of Wisdom’ va por un camino parecido, aunque esta vez el énfasis está en la psicodelia electrónica, con claros tintes de inquietud extravagante. Este tema es algo que podría componer la gente de Ozric Tentacles después de pasar una tarde escuchando discos de Art Zoyd y Univers Zero. Con el final de ‘Seven Pillars of Wisdom’ llegamos a un clímax particular del disco, por lo que la breve sonata de piano titulada ‘Keyla’ supone todo un cambio de dirección hacia

la melancolía encapsulada en su propia contemplación distante. Esta dirección se completa con la estilizada balada rock ‘Ocaso’. La voz de Edith Salazar le da un aire adicional en clave soul al tema a través de su bien definido desarrollo. ‘Hombres Honorables’ y ‘Radiante’ conforman sendos picos del disco,

y como vienen seguidos, conforman otro clímax del disco. ‘Hombres Honorables’ es todo un viaje musical intenso y exquisito, articulado en torno a texturas tan sombrías e imponentes a la vez, que me recuerda muchas veces al After Crying del “De Profundis” – el énfasis en lo ceremonioso inteligentemente evita que la pieza caiga en la saturación. La tendencia chamber-rock expuesta por ahora concluye con ruidos de lluvia tormentosa, los cuales abren la puerta a ‘Radiante’, una pieza con una estructura aun más bizarra que la precedente. Su dinámica esencial consiste en una serie aleatoria de adornos y capas de sintetizadores, corales y efectos, en un ejercicio de vanguardia visceral. Hay momentos en los que parece que el paisaje sonoro se hunde gradualmente en el silencio, mientras

que en otros se producen erupciones opresivas puramente opresivas.

‘Warriors’ y ‘The Promised Mind’ regresan al sendero del sinfonismo empapado en

aromas jazz-rock y fusión: el primero contiene aires arabescos-aflamencados en medio de sus solemnes desarrollos melódicos, mientras que el segundo está prioritariamente concentrado en ambientaciones alegres. Ambos temas tienen un aire de familia inconfundible con la música de Témpano. ‘Invocando a la Luz’ es

una canción semi-lenta que cierra el disco, con una sencilla estructura melódica pero lo suficientemente ornamentada como para resultar llamativa a los

oídos del melómano típicamente progresivo. Tal vez los ornamentos de esta pieza

de cierre sean producto del arrastre que lleva de los dos temas precedentes – en todo caso, se trata de una secuencia bien hilada que se corresponde con la diversidad focalizada de “Ora Pro Nobis”. iX es una prueba definitiva del genio

y talante productivo de la gente de Témpano para la vigencia del progresivo, ya

sea en conjunto o por separado.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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