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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 JAN AKKERMAN & THIJS VAN LEER: “Focus” (1985)

Temas

  1. Russian Roulette
  2. King Kong
  3. Le Tango
  4. Indian Summer
  5. Beethoven’s Revenge (Bach-One-Turbo-Overdrive)
  6. Olé Judy
  7. Who’s Calling

Jan Akkerman: guitarras eléctricas, acústicas y sintetizada, secuenciador, sintetizador Thijs van Leer: pianos, sintetizadores, piano eléctrico, órgano, flautas, canto Colaboradores: Ed Staring (programación de sintetizador Fairlight), Tato Gómez (bajo en 1 y 4), Ruud Jacobs (bajo en 5), Ustad Zamir Ahmad Khan (tabla en 4), Sergio Castillo (batería en 3).

Como al mundo del progresivo también le da sorpresas la vida, los dos antagónicos colegas del Focus clásico se reunieron a mediados de los 80’s para concebir y registrar al alimón un disco titulado… bueno, “Focus”. La razón de ltítulo es obvia mas me imagino que no hubiese hecho daño poner en práctica un poco más de imaginación para que se les ocurriera otro título. En fin… Frente a la liviandad de “Mother Focus” y el ingenio decaído de “Focus con Proby” (pasamos un poco por alto la inconsistencia del recopiolatorio de emergencia “Ship of Memories” dada la gran calidad artística de casi todos sus temas), este disco “Focus” ayuda a recuperar la esencia de Focus con un sonido moderno, muy emparentado con las claves del art-rock y el jazz de la década de los 80’s. También es un síntoma crucial el que Van Leer decidiera dejar en segundo plano al órgano Hammond a favor de los sonidos digitales de los sintetizadores Fairlight, Roland y Yamaha. Otro factor notorio es el uso de baterías programadas (y cuando es humana, electrónica), lo cual de hecho ya pone en guardia a muchos puristas fans de Focus. Yo, por mi parte, percibo que el uso de esta maquinaria rítmica está suficientemente abierto a los matices melódicos desarrollados en las composiciones y a las agilidades de los jams: es como si la producción se hubiese encargado de que lo mecánico se sintiera menos, no inundara los ambientes. El dúo nunca apela a la frivolidad del tecno-pop ni al gancho facilista del tecno-rock (la tan vapuleada versión ochentera del glam-rock): lo suyo sigue siendo aquí un progresivo consciente, marcado por cadencias jazzeras y con suficiente espacio para que las improvisaciones de turno oxigenen las ideas básicas.

La música contenida en este repertorio tiene muchos rasgos reconocibles de la visión musical de Van Leer dentro de Focus, así como de la línea de trabajo esencialmente jazzera que Akkerman había desarrollado en su propia carrera solista desde su partida de Focus. Las composiciones guardan una honestidad palpable, con ideas musicales amables y mayormente asequibles, pero, con todo, muy a tono con la clase usual de ambos genios cuando están en sazón. De hecho, creo que casi todos estos temas hubieran podido muy bien formar parte de algunos de los últimos discos de Focus para salvarlos de su general mediocridad e insulsez. La cadencia lírica estilizada de ‘Russian Roulette’, la misma que luego vendrá realzada con incrementado esplendor en el melancólico tema de cierre ‘Who’s Calling’, nos brinda la disciplinada visión melódica de Van Leer así como de la prestancia infinita que demuestra Akkerman en sus fraseos más controlados. De hecho, ‘Who’s Calling’ tiene mucho de esa melancolía que tan recurrentemente ha llenado los paisajes sonoros de los temas titulados ‘Focus’. La limpieza con que Van Leer ejecuta sus evocativas líneas de flauta nos aseguran que su visión musical sigue intacta a pesar de la nueva tecnología; y qué decir de los fraseos de Akkerman, llenos de frescura y portando una soltura acomodada a las exigencias del tema. ‘Russian Roulette’ porta un aura menos solemne, pero sin duda, desde esas primeras notas de guitara y piano, nos ofrece una exquisita entrada a este Focus momentáneamente renovado. Las dos primeras composiciones de Akkerman están más orientadas hacia el jazz-fusión de régimen estilizado. ‘King Kong’ se basa en floridos juegos de acordes a dos guitarras acústicas, mientras que la flauta vuela juguetonamente con un tenor inocultablemente candoroso. Esta bella pieza nos trae aires alegres de Latin-jazz sin exaltamientos. Por su parte, ‘Indian Summer’ nos trae un reciclaje de tópicos del folklore hindú con una gran presencia de sonidos sintéticos (guitarra sintetizada y sintetizadores) utilizados con buen gusto.

‘Le Tango’ y ‘Olé Judy’ son sendos aportes de Van Leer. El primero es un tema progresivo basado en tópicos tangueros, donde el piano y las cuerdas sintetizadas marcan la orquestación central sobre la cual se pasean los punteos y riffs de guitarra. Un tema simpático y con gancho que Focus tocó en Argentina durante su gira latinoamericana hace uno años. ‘Olé Judy’ es aun más ameno, algo así como una retoma de las piezas más ágiles del primer Focus (‘Sylvia’, ‘Harem Scarem’), aunque sin cantos extremos y con una línea popera más marcada. Es una pena que el fade-out llegue para el ocaso de un estupendo solo de guitarra que nos deja con parte de la miel en los labios; bueno, al menos llegamos para un bonito solo de flauta que antecede al solo final antes mencionado. ‘Beethoven’s Revenge’ es un extenso ejercicio de funky-jazz que nos remite a ‘Glider’ (la mejor versión del horrendamente muermo ‘Mother Focus’) y al Akkerman solista de fines de los 70’s. Este jam puede, es verdad, sentirse innecesariamente extenso largo con sus 10 minutos que dura en la edición de vinilo, pero por otra parte, creo que el oyente empático disfrutará de los solos de guitarra, ornamentos de teclado y armonías de flauta que van emergiendo mientras los motivos centrales se recrean continuamente. Imaginemos la sensación de los oyentes (los complacidos y los aburridos) ante la versión de casi 19 minutos publicada en el CD… en fin… La versión de CD trae también una edición expandida de ‘Who’s Calling’ (14 minutos en vez de los 7 del vinilo), pero su efecto es el contrario, esto es, el de realzar la vibración sosegada y reflexiva de la pieza.

En mi opinión este disco es bastante bueno, haciendo guiños a la grandeza de la primera etapa de Focus y recibiendo mucho de sus activos, aunque sin lograr igualarla realmente. En todo caso, yo considero a este repertorio de “Focus” como un sucesor de “Hamburger Concerto” mucho más digno que lo que se ofreció mayormente durante la etapa post-Akkerman. Teniendo en cuenta que, a su vez, este disco se enmarca claramente en la sonoridad estandarizada de los 80’s, podemos ver en “Focus” un testimonio de cómo este grupo hubiera podido concebir discos más que dignos en una década en la que los sobrevivientes daban inconstantes tumbos creativos o renunciaban a su propia herencia. Akkerman y Van Leer lograron, en este momento de ocasional reconciliación, recapturar una paret genuina de la añeja y peculiar llama esplendorosa de Focus.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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