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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 POCHAKAITE MALKO: “Laya” (2004)

Temas

  1. Laya
  2. Death by Hanging
  3. Cristao – Peasants’ Revolt
  4. Hallelujah
  5. Frozen Shoulder
  6. Meat Powered Bones
  7. It Came from…
  8. Somewhere in Time
  9. D.N.A.

Integrantes

  • Shigekazu Kuwahara: bajos, guitarra clásica
  • Kazuo Ogino: piano, teclados, flauta dulce
  • Junzo Tateiwa: batería, percusión
  • Akihisa Tsuboy: violines acústico y eléctrico Colaboradores: Keiku (canto en 1), Ryuichi Imai (oud en 4)

!Pero qué disco tan alucinante!... y bueno, es porque el grupo que lo concibió y gestó es alucinante, un alucinado ensamble de corte Zheul que opera exhibiendo su propia extravagancia a través de ideas melódicas tan estrambóticas como envolventes, amalgamas sonoras bien ordenadas bajo una apariencia de caos sin sentido, y por qué no, también texturas sutiles de una densidad atrapante. Creo que con la mención de estos tres elementos sonoros podemos encapsular conceptualmente la propuesta musical de Pochakaite Malko con un nivel aceptable de precisión, por lo menos. Esta propuesta musical se engarza en un extraño pero no inaccesible punto intermedio entre un sofisticado jazz-rock y un RIO vibrante, inspirado en los modelos de Univers Zero y Present, pero sin imitar su oscuridad, más bien limitándose a imitar su densidad. Este grupo fue, en su etapa seminal, una banda de covers de Magma, y ciertamente podemos notar algo de su electricidad infernal en su sonido: pero es más el RIO que el zheul lo que marca la faceta más oscura de Pochakaite. El violinista Tsuboy (quien simultáneamente es líder del excelente grupo KBB) es el que asume el rol protagónico dentro del sonido global del grupo, mientras que la sección rítmica hace gala de su versatilidad y pulcra solvencia técnica a través de los vericuetos pulsacionales sobre los cuales se instalan las melodías y armonías; en fin, Ogino sabe crear efectivos puentes entre el violín y la dupla rítmica cuando no se pone a llenar los espacios melódicos dejados por el violinista con sus solos particulares.

‘Laya’ y ‘Death by Hanging’ son sendos temas portadores de un espíritu juguetón, siendo así que el primero se inclina hacia un RIO lúdico mientras que el segundo está más enfilado hacia el jazz-rock. Con ‘Cristao – Peasants’ Revolt’ el grupo exhibe su capacidad para crear perturbadores climas oníricos, con un bajo simplista que impulsa con su pulsación minimalista a los demás instrumentos a invocar una polifónica pesadilla, que se despliega en un caos y reordenamiento simultáneos. Después de esta expresión de perturbación espiritual emerge una explosión de colorido exótico y alegre con ‘Hallelujah’: el mismo estilo de la banda le permite elaborar las coquetas líneas melódicas con un cierto aire inquietante, incluso en este caso, aunque el frenesí propio del jazz-fusión es el ingrediente predominante. La vibración celebratoria se perpetúa de manera efectiva en el estupendo ‘Frozen Shoulder’, reciclador de una mezcla de cadencias célticas con otras del folklore nipón; el intrépido compás de 7/8 se alimenta de tambores tribales que casi siempre parecen imponerse sobre la batería. ‘Meat Powdered Bones’ e ‘It Came from...’ asumen una aureola más solemne, marcada directamente por la influencia de Present: al igual que el homónimo número de entrada, estas piezas juegan solventemente con los estándares perturbadores del RIO sin hacerse desgarradoramente tortuosas. ‘Somewhere in Time’ encuentra al grupo inmerso nuevamente en sus inquietudes jazzeras, pero a diferencia de ‘Death by Hanging’, el elemento RIO va emergiendo como una sombra constante en ciertos pasajes particularmente climáticos – y qué decir de ese solo de órgano que explota intempestivamente a la mitad sobre un bajo perversamente distorsionado... ello nos recuerda al arquetipo Magma. Tal vez se trate de mi tema favorito de este disco, aunque tal vez quede un tanto opacado por el alucinante tema de cierre ‘D.N.A.’. En efecto, ‘D.N.A.’, con sus más de 11 minutos de duración, cierra el disco con broche de oro, pero un oro forjado en los talleres de Vulcano, ubicados en un lugar oscuro dentro de los laberínticos parajes del ser ultraterreno. La languidez exquisita que se explaya a lo largo de los primeros cuatro minutos y medio del tema no nos deben hacer pensar que estamos ante un mero ejercicio de introspección a través de la música: esperemos a que surjan los pasajes más explosivos, y notaremos que la cosa se asemeja más a una invocación a seres de ultratumba. A partir del minuto 6:30, lo terrorífico se hace más fastuoso y ordenado: incluso se incorporan algunos adornos de tipo carnavalesco, antes de que resurjan los aires explosivos de la mano del impetuoso violín de Tsuboy y los tétricos acordes de piano de Ogino. Los recovecos que Tateiwa y Kuwahara toman al sostener la base rítmica ayudan a mantener el clímax explosivo en un nivel firme e invariable, hasta que en el último medio minuto, el piano cierra el telón con espartanos acordes de piano.

En fin, éste es un discazo, una de las joyas más alucinantes de la música progresiva y experimental del nuevo milenio: no solo admiro el espíritu aventurero del grupo, sino también su capacidad para crear un repertorio consistente y variado a la vez. En lo personal lamento no haber podido descubrir esta gozada antes, pero ahora que lo he hecho, ha de formar parte de la sección más “VIP” de mi colección privada. A anotar este nombre: Pochakaite Malko – a anotar este ítem: “Laya”.

[Dedico esta reseña, con toda la gratitud del mundo, a mi amigo progresivo Akira]

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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