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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 JETHRO TULL: “Rock Island” (1989)

Temas

  1. Kissing Willie
  2. The Rattlesnake Trail
  3. Ears of Tin
  4. Undressed to Kill
  5. Rock Island
  6. Heavy Water
  7. Another Christmas Song
  8. The Whaler’s Dues
  9. Big Riff and Mando
  10. Strange Avenues

Integrantes

  • Ian Anderson: voz, flauta, guitarra acustica, mandolina, teclados adicionales, bateria en 2 y 7
  • Martin Barre: guitarras electricas
  • Dave Pegg: bajo electrico y acustico, mandolina
  • Doane Perry: bateria Colaboradores – Martin Allcock (teclados), Peter-John Vetesse (teclados)

Siguiendo por la senda estilistica del inmediato predecesor “Crest of a Knave”, “Rock Island” mantiene al grupo en un correcto nivel de creatividad y un aceptable nivel de energia, pero lo cierto es que, en lineas generales, el repertorio no resulta tan fresco en comparacion. Aunque claro, la excepcion a esta regla viene en el marchoso tema de entrada: ‘Kissing Willie’ (con una letra agresivamente centrada en la prostitucion barata en los mercados de los suburbios londinenses) es la contrapartida al ‘Steel Monkey’ del “Crest”, pero en esta ocasion, con menos manierismos electronicos, y la inclusion precisa de la flauta y mandolina en perfecta conjuncion con los fraseos y punteos de Barre. Otros temas marchosos como son los nos. 2, 4 y 6 reciben de manera acentuada la influencia de Dire Straits y el hard rock ochentero average que ya habia tenido presencia en “Crest” – resultan entretenidos en el mejor de los casos, pero EMHO, nada especial en verdad. Mas interesante me parece ‘Ears of Tin’, donde se combina la nueva orientacion del grupo con las viejas sazones de las epocas del “Heavy Horses” y el “Stormwatch”. Y mas interesante aun me resulta la pieza homonima, cuya vibracion melancolicamente introspectiva (su letra retrata de manera frontal la soledad del yo interior frente a los vaivenes de la vida) la convierte en el pico mas alto de la primera mitad del disco. Una vez mas, los aromas del lado mas reflexivo del “Heavy Horses” y el “Stormwatch” se hacen sentir, esta vez con una mayor dosis de intensidad – en lo personal, me parece una pena que esta cancion no aparezca mas recurrentemente en los setlists de las ultimas giras de JT, aunque en perspectiva, no nos debe sorprender que ‘Farm on the Freeway’ o ‘Budapest’ opaquen a buena parte del repertorio post-1982.

EMHO, la mejor secuencia de este repertorio esta formada por la cadena de los cuatro ultimos temas. ‘Another Christmas Song’ nos muestra el lado vulnerablemente humanista de Anderson: lejos del cinismo y solapado anticlericalismo de ‘A Christmas Song’, en esta ocasion, 20 años despues, el mensaje asume un alegato directo a favor del cultivo de la solidaridad y la conexion emocional. Mas grave es la ponencia anti-globalizacion vertida en la letra de ‘The Whaler’s Dues’ – a la sazon, el tema mas sobresaliente del disco –. El drama de la paulatina desaparicion de la pesca ballenera tradicional por culpa de las exigencias politicas inherentes a las leyes del comercio internacional a gran escala encuentra un esquema adecuado en la partitura solemne y sombria de la melodia y arreglos derivados de esta cancion. El camino hacia el fade-out contiene un poderosamente vibrante climax, promovido por el uso del compas de 4/4 de parte de Perry mientras que los demas musicos prosiguen con el recurrente 6/8 – un truco sencillo pero efectivo. ‘Big Riff and Mando’ es mas humoristico (a pesar de basarse en el lamentable episodio del robo de la mandolina de Barre en manos de un fan inescrupuloso), conjugando el hard rock y el folk de una forma muy natural. Por ultimo, ‘Strange Avenues’ es una pieza casi totalmente instrumental, donde la banda aprovecha para retomar algunos motivos breves de ‘Rock Island’ y ‘Big Riff’, hasta llegar a la breve parte cantada – la alusion a un mendigo que “parece salido de la portada de un disco de 1971” es sintomatica de que Anderson siempre se hace de un espacio para observar e inspirarse en los marginales.

Bueno, ?que tenemos en “Rock Island”, a fin de cuentas? Un disco bueno con varios momentos muy buenos, y dos excelentes como son la pieza homonima y ‘Whaler’s Dues’. Concebido bajo la sombra de la herencia del disco anteriormente predecesor, no llega a igualar su nivel de importancia dentro de la historia tulliana, pero, con todo, puede ser recomendable para disfrutarlo sin exageradas expectativas.

Cesar Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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