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 DZYAN: “Electric Silence” (1974)

Temas

  1. Back to Where We Come From
  2. A Day in My Life
  3. The Road Not Taken
  4. Khali
  5. For Earthly Thinking
  6. Electric Silence

Integrantes

  • Eddy Marron: guitarras, sitar, zaz, tambura, mellotron, voz
  • Reinhard Karwatky: bajo, contrabajo, mellotron, sintetizadores
  • Meter Giger: batería, percusión

Dzyan es uno de los abanderados incuestionables de la onda étnica exótica generada dentro del gran espectro del krautrock. Este grupo alemán que comenzó como quinteto para el registro de su disco debut quedó después reducido al trío

clásico con el que grabó sus dos restantes trabajos. “Electric Silence” fue el broche de su carrera discográfica, erigiéndose en su obra cumbre tal como señalan los coleccionistas conocedores. Este disco es mi primera introducción a

Dejan, y ciertamente me siento positivamente impactado por este ejercicio musical intenso, emparentado con otros referentes aledaños como Annexus Quam, Gila, el primer Agitation Free (“Malesh”) y la faceta más exótica del Amon Düül

II de “Yeti”. También se pueden advertir algunas coincidencias estilísticas con

el Jade Warrior de los tres primeros discos.

El primer tema del disco tiene un inicio muy caótico, creando un ambiente de inquietud psicodélica basada en la aglomeración ad libitum de percusiones tonales, efectos de guitarra y sintetizador: no se trata de un preludio muy opresivo, sino ceremonioso con algo de turbio. A medida que el ensamble se va ordenando se pone a armar una secuencia donde se mezclan cadencias abiertamente

tribales con recursos de free-jazz. Los últimos tres minutos están enfocados en

un ejercicio de jazz-rock de tonos funky y guitarreos psicodélicos no excesivamente filudos. El fade-out de flujos de marimba da una oportuna conclusión a la pieza, la cual da paso a los flamantes ambientes arábigos de ‘A

Day in My Life’, donde el sitar y la tambora ocupan un patente rol protagónico.

El hecho de que el clímax rítmico esté en algún lugar del medio y no el final da una impresión de celebración contenida. ‘The Road Not Taken’ también aporta tonalidades exóticas, pero esta vez a través de una instrumentación mayormente eléctrica dedicada a soportar un esquema sonoro flotante, poco construido, enarbolando matices y sutilezas oníricas. Este enfoque reconstructivo llega a sus momentos más explosivos cuando la batería y el contrabajo entran en un tortuoso frenesí para encapsular los rasgueos minimalistas de la guitarra. La segunda mitad del disco comienza con ‘Khali’, que nos devuelve a paisajes exóticos del Medio Oriente, aunque esta vez se añaden adornos de mellotron y fraseos de guitarra eléctrica para proporcionar un aura inconfundiblemente cósmica a esta base telúrica. ‘For Earthly Thinking’ elabora un viaje musical bastante raro aunque para nada tortuoso o chocante: la base rítmica es contagiosa en su candidez étnica; los adornos de sintetizador emulan sonidos tropicales; la alternancia de zaz y guitarra fortalecen la cadencia rítmica de la pieza; los fraseos de bajo son impresionantes; más impresionante aún es el majestuoso solo de batería que nunca satura; el caos durante el último minuto tiene un inaudito atractivo. Aquí Dzyan logra construir un puente entre Agitation Free y el Weather Report de “I Sing the Body Electric”. Pocas veces encontraremos este tipo de refinamiento dentro del clima de desafío lunáticamente creativo que envuelve a la esencia del krautrock: me hubiera gustado una dosis mayor de energía en el clímax final, pero bueno, este detalle

no me hace apreciar menos esta pieza (ni al disco en su conjunto). La homónima pieza de cierre ocupa 4 ½ minutos de una meditación sostenida sobre una lenta y

delicada base jazzera: esta actitud relajada parece evocar la llegada del silencio para descansar después de un esforzado viaje espiritual a lo largo de los linderos musicales atravesados por la banda. No se trata de una pieza "blanda" per se, mas sí se nota su intención de invitar al oyente al relax final.

“Electric Silence” es un disco más que idóneo para completar las colecciones de

aquellos especialmente interesados en rescatar y apreciar los márgenes del progresivo de vieja escuela, especialmente la vertiente “étnica” del krautrock.

Dzyan ha sido una muy grata sorpresa para mí en los últimos días de mayo: en verdad que me han dado ganas de desempolvar mis ítems de Gila, Embryo, Annexus Quam, Ibliss,…

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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