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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 STEREOKIMONO: “Prismosfera” (2003)

Temas

  1. Onda Beta
  2. Rosso di Luna
  3. Bahnhofstrasse
  4. Xetrov 5
  5. L'Uomo Nuvola
  6. Salamandra
  7. La Soffitta Volante
  8. Homage au Temps Perdu

Integrantes

  • Cristina Atzori: batería, percusión
  • Antonio Severi: guitarras, guitarra-midi, teclados, percusión de mano
  • Allesandro Vittorio: bajo, teclados, digeridoo en 2, campanas tibetanas en 4

Con ésta, su segunda entrega, Stereokimono se confirma y afianza como uno de los ítems más interesantes dentro del rock progresivo y experimental en cuanto a lucidez vanguardista se refiere. Este disco llega incluso a más lugares musicales que su excelente debut “Ki”, suponiendo, a la vez, una continuación y una expansión de éste. El sonido de este trío instrumental en “Prismosfera” se siente igual de compacto, peto ciertamente más contundente y rico en matices.

Los dos primeros temas son claros exponentes de su estilo psicofónico oblicuo (perdón, no puede resistir la tentación de mencionar esta etiqueta que ellos mismos inventaron para sí), que no es otra cosa sino un sonido basado en los contrapuntos crimsonianos ochenteros, el jazz-rock de tendencia funky y una psicodelia que coquetea indisimuladamente con elementos electrónicos. ‘Onda Beta’ tiene una introducción basada en cortinas de sintetizador y efectos siniestros, crecientemente opresivos: justo cuando uno espera un vendaval implacable, lo que viene es un motivo central en el cual conviven la neurosis y la jovialidad. Menos frenético pero con una onda similar, ‘Rosso di Luna’ ofrece una cadencia un tanto más ensoñadora. Los armónicos punteos de guitarra que se sobreponen a los arpegios y los efectos cósmicos de sintetizador ayudan a crear esa sensación de relax emocional, amén del estupendo solo de piano eléctrico que emerge por allí, aunque no se trata de una pieza lánguida ni una balada que digamos: más bien resulta que el realce del elemento jazz ayuda a atenuar un poco la intensidad habitual de los explayamientos instrumentales del grupo. ‘Bahnhofstrasse’ es una excursión a través del jazz-fusión con raigambre exótica arábiga: la guitarra-midi se vale de sonidos de cello y violín para edificar un paisaje evocativo diestramente sostenido por la eficaz dupla rítmica. Una vez más, esos fantásticos efectos de sintetizador que van flotando aleatoriamente (en cierto modo, semejantes formalmente a los de los discos clásicos de Gong o al arquetipo de Ozric Tentacles, pero usados de manera distinta) añaden colores mágicos al asunto, especialmente en la segunda mitad de la pieza, cuando el compás varía a un tempo más trepidante. ‘Xetrov 5’ es el tema más agresivo del disco: esta vez el soundscape cósmico oscuro de la intro no nos engaña, la cosa está que arde cuando el ensamble entra a tallar en el motivo central sobre un compás de 5/4. La banda se acerca al RIO enérgico de Present con total soltura: una vez más, la dupla rítmica brilla con infinito esplendor, aportando nervio convincente y precisión impoluta a su esforzado sostén del contundente efluvio sonoro de guitarras y efectos.

‘L’Uomo Nuvola’ es el tema más largo del disco, cercano a los 9 ½ minutos de duración. Se trata de otra pieza típicamente psicofónica oblicua, aunque con un talante pop emergente que ayuda a darle una cadencia melódica pronunciada. Esto ayuda a crear un espacio adecuado para un hermoso solo sintetizado de clarinete (?teclado o guitarra-midi?); los colores del country-rock surgen en la parte final para crear una coda jovial. ‘Salamandra’ tiene un comienzo agresivo que pronto torna en un ambiente hard rock psicodélico con base medio funky, aunque pronto entran a tallar los interludios psicofónicos y los adornos cósmicos de sintetizador. Casi guala la energía de ‘Xetrov 5’, pero el grupo no va más allá porque, me imagino, ésa no era la idea. En fin, la última pieza del repertorio estrictamente musical del disco es el étnico ‘La Soffitta Volante’, el cual encuentra al grupo volviendo a los senderos de la fusión en un contexto de rock experimental. Los arpegios iniciales de guitarra acústica, los ornamentos percusivos y las cortinas de teclado crean un ambiente meditativo que lentamente asciende en un crescendo de intensidad hasta aterrizar en un frenesí misterioso, claroscuro y contagiante. Los últimos cuatro minutos están ocupados por un track fantasma que no aparece en los créditos pero sí mencionamos en esta reseña. Se trata de una secuencia minimalista de sintetizador y efectos de pajaritos cantando en un bosque, sobre la cual van y vienen sampleos de discos clásicos del progresivo: porciones de material de Yes, Pink Floyd, Gentle Giant, Genesis, Tangerine Dream, Gong, Area, ELP, Klaus Schulze, Camel,... Un homenaje a una visión artística diversa y variopinta que se resiste a perderse en la niebla del pasado. Stereokimono es una banda sumamente talentosa y enérgica que da real vitalidad y actualidad al género progresivo – por ello, sus discos “Ki” y “Prismosfera” suponen obras que un melómano sibarita ha de tener en cuenta en cualquier lista de compras discográficas, si es que no están ya en el estante de su colección.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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