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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 MAELSTROM: “Maelstrom” (1973)

Temas

  1. Ceres
  2. In Memory
  3. The Balloonist
  4. Alien
  5. Chronicles
  6. Law and Crime
  7. Nature Abounds
  8. Below the Line
  9. Opus One [bonus track]
  10. Genesis to Geneva [bonus track]

Integrantes

  • Roberts Owen: guitarra acústica, saxo, piano, mellotron, coros
  • James Larner: flauta, vibráfono, marimbas, piano, armónica
  • Paul Klotzbier: bajo
  • Mark Knox: órgano, mellotron, clavicordio
  • Jim Miller: batería, percusión
  • Jeff McMullen: guitarra eléctrica, voz solista Temas 9 y 10 – Roberts Owen (flauta, guitarra, sintetizadores), Rollin Wood (batería, percusión), Paul Klotzbier (bajo), D. Kent Overholser (órgano, mellotron, sintetizadores)

El disco homónimo y único del sexteto norteamericano Maelstrom es una de esas innumerables joyitas progresivas rescatadas por la tecnología digital del CD. Editado originalmente en el año 1973, “Maelstrom” es un catálogo muy atractivo de piezas musicales enmarcadas bajo las simultáneas influencias del proto-prog británico (Gracious, Procol Harum) y el lado más patentemente melódico del Canterbury (el Soft Machine pre-“Third”, Caravan), con la presencia añadida de armonías vocales y ornamentos de mellotron muy afines al estándar prog sinfónico. Esta faceta vocal no es el punto más fuerte del grupo, por lo que es justo decir que las mayores virtudes de este repertorio radican en las precisas ejecuciones de cada miembro individual y la manera en que éstas se integran en el bloque sonoro global del ensamble. Varios de los puntos recurrentes más logrados son: los diálogos y complementos entre el piano y la percusión tonal; la sólida sección rítmica, capaz de amoldarse a timbres jazzeros con la misma facilidad que a las secciones estilizadas más propiamente progresivas; la medida predominancia de los fraseos de órgano y cortinas envolventes de mellotron a la hora de realzar los motivos musicales. La instrumentación es variada y profusa, pero nunca se siente recargada.

‘Ceres’ da inicio al disco con un aura lírica sazonada con ornamentos psicodélicos-jazzeros que no resultan chocantes, y sin embargo, portan un toque experimental bien llevado. La influencia de lo Canterbury se hace más relevante en el impresionante instrumental ‘In Memory’, un temazo que hubiera dignificado cualquier disco de Egg, Soft Machine o Caravan: dado su origen norteamericano, Maelstrom sabe meterle alguna cadencia propia del blues y jazz añejos de su propia patria. Los 4 ¾ minutos de este instrumental están muy bien aprovechados, pero uno desearía que se hubiese expandido un poco más a fin de sacarle más jugo a las diversas ideas conjugadas en ella. En fin, el tema está muy bien de por sí. ‘The Balloonist’ crea una especie de cruza entre los espíritus de los dos temas precedentes, esta vez dando más campo de expresión a la guitarra solista. Curiosamente, siento en este tema una cierta familiaridad con el Gentle Giant del primer disco, aunque no se trata, en general, de la influencia más abrumadora. ‘Alien’ baja el ritmo de las cosas para exhibir un ambiente más calmado y melancólico, con lo cual el grupo abandona el lirismo juguetón a favor de una actitud más ceremoniosa, y en este sentido, más cercana a Procol Harum y Gracious. ‘Chronicles’ va por un sendero semejante hasta que en la segunda mitad incorpora un interludio jazz que sirve para agilizar el ambiente y crear una suerte de clímax. ‘Law and Crime’ es el tema menos complejo del disco, más emparentado con la psicodelia norteamericana, grácil, con un gancho ágil de tipo Love o Chicago. Con ‘Nature Abounds’ y ‘Below the Line’ el grupo regresa al estándar progresivo. El primero crea un aura melancólica etérea, basada en un motivo a la vez sereno y conmovedor, mientras que el segundo alterna climas pastorales intimistas con otros más explícitamente densos, siempre dentro de un mismo motivo que se desarrolla de manera natural y fluida hacia un compás crecientemente veloz.

Los dos últimos temas del CD son sendos bonus tracks grabados en un concierto de laño 1980, con un formato de cuarteto. Ambas piezas son exclusivamente instrumentales y muestran a la banda explorando un sonido más robusto a pesar de contar con una alineación disminuida – la presencia notoria de los sintetizadores y el realce que el nuevo integrante Overholser sabe darle al órgano Hammond permiten al grupo ahondar más en las pautas ostentosas típicas de lo sinfónico. Camel y ELP me suenan como los referentes más inmediatamente obvios, aunque siempre incorporando ese elemento Canterbury que formó parte de los mejores pasajes del disco oficial. Al igual que el material de bandas como Lift, The Load, el primer Proto-Kaw, el Happy the Man pre-1977 y Leviathan, Maelstrom ha de significar una sorpresa agradable para los genuinos apreciadores y coleccionistas progresivos que miran con curiosidad a la escena marginal norteamericana, escondida tras la bruma del tiempo.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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