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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 LA DESOOORDEN: "La Isla de los Muertos" (2004)

Temas

  1. La Transformación Del Mito
  2. REFLEXIÓN (Pardos Fueron Frente Al Mar)
  3. FESTEJO (Algo Tenía Que Ver La Luna)
  4. PENUMBRA (Pero Dios Los Visita De Vez En Cuando)
  5. TRAICIÓN (Me Pregunto Entre Todas Las Preguntas)
  6. ENVENENAMIENTO (En Los Ojos De La Muerte)
  7. Caleta Tortel
  8. RESUREXIÓN (Seguramente Encontraremos)
  9. RECUERDO (Las Palabras Viajan En El Viento)
  10. Bajo Pisagua
  11. ESPERANZA (Lo Que Ha Quedado Es Sólo Esto)

Integrantes

  • Alfonso Banda: guitarras, trompe
  • Rodrigo González: batería, percusión
  • Fernando Altamirano: voz, trutruca
  • Peter Pfeifer: saxofones tenor, barítono y soprano, máquina de escribir
  • Francisco Martín: bajo, piano, máquina de escribir, bombo legüero
  • Karsten Contreras: voz laboradores ? Benjamín Ruz (violín), Christian Rebolledo (guitarra)

Uno de los grupos más ingeniosos y enérgicos de la escena rock-fusión chilena actual, La Desooorden hace un claro homenaje a su nombre distorsionado con su disco conceptual ?La Isla de los Muertos? ? planteando una mirada crítica a la destrucción del medio ambiente en aras de la expansión tecnológica-industrial-comercial, este repertorio busca cuestionar el orden socioeconómico actual que pretende imponer su lógica a los cada vez más depredados lugares naturales y decir mensajes ricos a la conciencia a través del arte musical. La historia específica en la cual se basa este concept-disc es la que ?transcurre entre 1903 y 1906 en los terrenos cedidos a la Compañía Explotadora del Baker, finalizando con la muerte de 200 personas entre hombres, mujeres y niños, y su posterior entierro en un cementerio improvisado entre dos brazos del Río Baker a una distancia de 30 minutos de Caleta Tortel.? (palabras del baterista Rodrigo González). La obra poética de Manuel Zúñiga inspirada en este dramático momento del proceso así llamado modernizador de Chile es la base para las letras del disco. Como puntos de referencia para los lectores, puedo señalar que el sonido global de La Desooorden combina la frescura de Maldita Vecindad con la exquisita gracilidad de Congreso y las amplitudes psicodélicas de Koiak y Mar de Robles (en sus facetas más explosivas). Precisamente resulta un plus el que esta obra sea un disco conceptual, o sea, que presente una sucesión fluida a través del repertorio, para que así el grupo pueda explotar a sus anchas los contrastes entre los pasajes más extrovertidos y los más intimistas, los más tensos y los más lánguidos.

El disco comienza con una introducción ensoñadora de piano y violín, una sonoridad que recién ve explotado su caudal de misterio cuando emergen los relatos flotantes de los espíritus del limbo. Es allí donde lo onírico se torna tétrico, como un testimonio emitido por voces escondidas para un receptor llamado a ser perturbado desde lo más íntimo de su consciencia, tanto por la sordidez del relato mismo como por la naturaleza ultraterrena de las voces, quejidos y plegarias. ?Pardos Fueron Frente Al Mar? nos enfrenta por primera vez al sonido propio del ensamble en pleno. La rica y firme labor de la dupla rítmica (realzada por la versatilidad diversa de González a la hora de aportar sonidos percusivos varios) se erige como un protagonista peculiar dentro del sonido grupal, aunque con esto no quiero para nada discriminar los ingeniosos vuelos de los saxos de Pfeifer ni los continuos abordajes de guitarra que Banda sabe suministrar con fina energía. Los dos vocalistas comparten de manera comprometida la labor de transmitir la historia alternando recitaciones y cantos ? en verdad, las primeras son mayoritarias, cuantitativamente hablando, con lo cual se logra concretar la magia dramáticamente teatral con la que se aborda el concepto del disco. ?Algo Tenía Que Ver La Luna? mantiene el momentum asumiendo la estrategia de reforzar el factor jazzero dentro del sonido grupal: es una pieza con gancho explícito, aunque no por ello exento de complejidad performativa actualizada con buen gusto para no estorbar en la sazón contagiosa del compás rítmico básico. ?Pero Dios Los Visita De Vez En Cuando? nos envía por parajes sonoros más melancólicos y reflexivos, lo cual se siente como apropiadamente conectado con la alusión contemplativa del título. ?Me Pregunto Entre Todas Las preguntas? nos muestra la faceta más agresiva y visceral dentro de la línea más extrovertida de La Desooorden, gestando así un alucinado clímax para el ambiente generado inicialmente en ?Pero Dios??. De inmediato, ?En Los Ojos De La Muerta? nos brinda una recapitulación conjugada de los ambientes mostrados en las piezas 2 y 3. ?Caleta Tortel? es un exquisito efluvio exótico guiado mayestáticamente por el violín de Ruz, un invitado de lujo que sabe cuándo asumir un rol preferencial con total soltura. ?Seguramente Encontraremos? nos vuelve a mostrar la desnudez más agresiva del grupo, aunque matizado con interludios en los que la energía se reviste de calculada sofisticación, con aires casi marciales, así como por un final que tiene más de evocativo que de incendiario. ?Las Palabras Viajan En El Viento? también tiene una predominante aura lírica a través de los refinados recovecos jazzeros marcados por la sección rítmica. ?Bajo Pisagua?, al igual que ?Caleta Tortel?, es otro interludio relajado, casi onírico, portador de una belleza serena, y una vez más, marcado por el rol protagónico del violinista Ruz. El disco concluye con ?Lo Que Ha Quedado Es Sólo Esto?, una pieza donde lo evocado se siente como algo ido aunque dejando una huella, el testimonio de los 100 + 100 muertos que ansían regresar al lugar del cual fueron extirpadas sus presencias físicas y a los cuales solo queda relatar sus circunstancias. El compás semi-lento de este tema de clausura ayuda a recrear eficazmente el ambiente de nostalgia provocadora que se vierte en las letras, acompañado por los vuelos sutiles del saxo.

?La Isla de los Muertos? es un CD de formato interactivo (solo se revela cuando se pone en el ordenador), conteniendo imágenes de la selva, además de créditos de la instrumentación y las líricas correspondientes a cada pieza del repertorio. También hay fotos del grupo viajando al lugar de los hechos (empapándose de los testimonios dejados en los viejos árboles, las duras rocas, los musgos, las aguas de corrientes y cascadas, las vías y canales, la flora, las nubes que fungen como puentes entre el cielo y la tierra); realizando las sesiones de grabación; aves de la zona; wallpapers... Este recurso ayuda bastante a ubicar al oyente en una ambientación más intensificada respecto a este viaje musical por un pedazo particularmente sórdido dentro del proceso de modernización forzada de Sudamérica. Pero bueno, si consideramos a este trabajo estrictamente desde una óptica musical, resulta ser toda una obra majestuosa dentro de la actual escena rock-fusión en estos lares. La Desooorden se revela como una fuerza creadora que merece total atención de parte de los auténticos apreciadores del rock experimental con elementos autóctonos del folklore latinoamericano.

César Mendoza

Agradecimiento a Francisca Caballero S., de Demúsica.cl, por la inspiración al iniciar el borrador de la presente reseña.

Addendum: ?La Isla de los Muertos se basa en un texto del poeta chileno Manuel Zúñiga, quien en sus versos narra la escalofriante historia de los hechos ocurridos entre 1903 y 1906 en el territorio cedido por el Estado de Chile a la Compañía Explotadora del Río Baker (actual XI Región) que terminó con la muerte de una cantidad indeterminada de personas, de 100 a 200, entre hombres, mujeres y niños. En este caso fue la totalidad del "enganche" de hacheros chilotes y sus familias, llevados hasta la remota región de Caleta Tortel, donde una vez realizado el trabajo habrían sido asesinados para no pagarles el salario acordado. La versión que circula con más fuerza es que se les habría envenenado el pan. Para esto se entregó al panadero del campamento una sustancia que debía agregar al amasijo de harina. De esta manera el causante inocente de estas muertes, paradójicamente fue el propio "baker", panadero en inglés. Los cadáveres de estos infortunados fueron sepultados en una isla del delta del río Baker, próxima a Caleta Tortel, conocida por ello como la Isla de los Muertos. Las crecidas del río durante el siglo transcurrido fueron desenterrando y llevándose a muchos de estos muertos hasta el mar. De allí la imprecisión sobre la cantidad de ellos. Aun cuando nunca se haya conocido la causa de estos fallecimientos simultáneos, la historia es verídica. Hoy día yacen 30 muertos en el destartalado cementerio con algunas cruces de buena madera de ciprés, para señalar el lugar de la tragedia.

Está aún pendiente la revisión histórica de la explotación y los crímenes contra aborígenes y obreros por el hombre blanco en las inmensas estepas patagónicas y en tantos lugares ubicados en remotas islas del austro chileno. El poeta Zúñiga, a través de su verso encantado, rodeado de misterio y envuelto en las brumas y lluvias del sur, nos va develando una de estas historias que los jóvenes artistas de La Desooorden han trasladado a la música para ser cantada. Así, ellos tratan de ajustar cuentas revelando uno de los muchos episodios de engaños, traiciones y crímenes que ensombrecen la historia del hombre en nuestras tierras australes.

[Tomado de la página web de Revista Musical Chilena: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-27902005020400014&script=sci_arttext

Consultar también el artículo de Virginia Vidal publicado en el enlace http://virginia-vidal.com/anaquel/printer_280.shtml

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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