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 KBB: “Four Corner’s Sky” (2003)

Temas

  1. Discontinuous Spiral
  2. Kraken’s Brain is Blasting
  3. Horobi no Kawa
  4. Back Side Edge
  5. Slave Nature
  6. I am not Here
  7. Shironji

Integrantes

  • Akihisa Tsuboy: violines, cellolin en 7, guitarras en 5
  • Toshimitsu Takahashi: teclados
  • Dani: bajos, guitarras en 2 y 7
  • Shirou Sugano: batería

KBB sigue adelante con el genio musical, proyectando en su segundo registro de estudio “Four Corner’s Sky” otro excelente repertorio de jazz-rock progresivo. El sonido del grupo sigue bien enrumbado en el sendero mostrado en su impresionante debut, pero esta vez parece que el grupo se empeña en realzar un poco más el factor jazzero, de por sí predominante. En especial, el teclista se preocupa por resaltar más el sonido del órgano y el piano eléctrico en algunas piezas, y en general, el sonido del grupo aumenta en agresividad y músculo. Por su parte, las composiciones mantienen ese esplendor fastuoso de siempre.

El tema de entrada ‘Discontinuous Spiral’ expone un enorme paisaje sonoro colorido y lleno de buenas vibraciones, portando en sí la magia alegre del mejor Jean-Luc Ponty en combinación con la compleja soltura del Return to Forever de la etapa con Al di Meola. Para la segunda pieza, ‘Kraken’s Brain is Blasting’, el grupo se manda con una excursión robusta por caminos más sombríos, como si se tratara de una cruza entre la magnificencia de Mahavishnu Orchestra en su faceta más pomposa y la neurosis típica del crimsonismo: nunca antes KBB se había aventurado por estas vías sonoras tan musculares con tanta fruición, pero vaya si les sale bien. El solo de guitarra aportado por el bajista Dani tiene el suficiente fuego como para proponer un reto concluyente a los solos de violín que Tsuboy creará después. El contrapunto perfecto viene con la exquisita balada ‘Horobi no Kawa’, iniciado con lacónicos acordes de piano, para que luego el grupo en pleno haga un delicioso ejercicio en ambientes melancólicos y etéreos a partir de una idea melódica sencilla y en un contexto fastuosos típico de KBB. Una pieza hermosa, en verdad. A continuación siguen dos muestras sucesivas de la esencia musical de KBB. ‘Back Side Edge’ vuelve a la influencia del Jean-Luc Ponty setentero, marcado por una compleja red de bajo inicial que mantiene una constante de 7/8. ‘Slave Nature’, también apoyado sobre un compás de 7/8 en el pasaje central, conserva el nivel de energía aunque en un tempo menos trepidante. El órgano medio emersoniano y la guitarra eléctrica proporcionan al sonido grupal un tenor netamente pomposo en las partes más fuertes, pero en el interludio las cosas se calman un poco, aterrizando en un jam funky amable protagonizado por el piano eléctrico. ‘I am not Here’ tiene un inicio lánguido y disonantemente misterioso, con pizzicato y lamento de violín, acompañados por bizarros acordes sueltos de piano y ornamentos aleatorios de bajo y batería: parece que el grupo se ha transformado en un ensamble RIO. Y en efecto, una vez que el ensamble entra de lleno en el asunto, el clima general del tema establece un firme coqueteo con el Univers Zero del “Uzed”. Se trata del tema más raro que haya compuesto el grupo en toda su discografía, jugando a lo siniestro y lo surrealista con bastante soltura y nervio: algo muy acorde con el distanciamiento de sí mismo aludido en el mismo título de la pieza. Con sus poco más de 10 minutos de duración, la pieza de cierre ‘Shironji’ se erige en el número más extenso del disco. Con las delicadas escalas de piano, sazonadas por punteos bien articulados de guitarra, KBB se centra ahora en un lirismo suave, bastante romántico. Poco a poco el violín se va adueñando del protagonismo, y hay un pasaje largo en el cual se desarrolla un solo espectacular en su vibración etérea, como flotando en el aire y portando la fuerza del espíritu sobre sus alas. La sección final del tema se concentra en un motivo jazzero amable, al modo de un aterrizaje fluido y una contemplación del entorno desde una perspectiva terrenal.

En fin, que no hay duda de que KBB es uno de los ítems progresivos más excitantes y explosivos de la vertiente jazzera del género – toda un delicia japonesa que en su segundo disco, “Four Corner’s Sky”, demuestra al oyente que podemos tener justificadas grandes esperanzas en torno a sus siguientes ofertas, cuando éstas lleguen.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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