La Caja de Música Revisiones
de
discos
LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
Volver al índice
Suscripción
Qué es LCDM?
Discos
Bandas y discografías
Conciertos
Festivales
Entrevistas
Letras
Propuestas especiales

Pasaron por aquí ya
contador
"cajeros"



 GUAPO: “Elixirs” (2008)

Temas

  1. Jeweled Turtle (13:09)
  2. Arthur, Elsie and France (10:53)
  3. Twisted Stems: The Heliotrope (7:32)
  4. Twisted Stems: The Selenotrope (7:45)
  5. The Planks (3:11)
  6. King Lindorm (15:40)

Integrantes

  • Daniel O'Sullivan: teclados, autoharp
  • James Sedwards: bajo
  • Kavus Torabi: guitarra
  • Dave Smith: batería, percusión

Colaboradores – Jarboe y Alexander Tucker (canto), Sara Hubrich (violín, viola)

“Elixirs”, el disco que nos ofrece Guapo en ese año 2008, nos muestra a una banda decidida a explorar atmósferas patentemente sutiles y engañosamente relajadas: lo que en su previo trabajo de larga duración “Black Oni” era un elemento anunciado ahora se concretiza en un esquema de trabajo recurrente. No es que Guapo haya decidido dejar su sendero musical de tendencia zheul, sino que ha decidido asimilar con mayor fruición la influencia del post-rock y empaparse más intensamente con sonoridades exóticas de inspiración arábiga o nor-africana. El hecho de que la fuerza sonora per se no se ha reducido en le mundo musical de esta banda está adecuadamente simbolizado por la presencia de un guitarrista en la alineación: eso y la incorporación de un nuevo bajista que

reemplaza al desertor Matthew Kennedy. Guapo decide, de este modo, replantear su peculiar manera de manifestar neurosis, energía y oscuridad con un enfoque menos explosivo: en este doble juego de aferrarse a su esencia y replantearla se gesta el excelente repertorio contenido en este soberbio elixir progresivo solamente apto para paladares sensibles a lo perturbador y tormentoso.

Con una languidez misteriosa pero que no logra esconder la tensión latente comienzan las primeras notas de ‘Jeweled Turtle’, imponentes sobre la cadencia ritualística de la batería: es como una procesión armada por personajes parcos que están por reunirse en un aquelarre. Los sonido de violín y viola enarbolan retazos muy prominentes, a contrapelo con su posición de meros instrumentos invitados. A partir del séptimo minuto y medio irrumpe un interludio moderadamente caótico para que el tema vire hacia un motivo distinto, el mismo que conserva muchas semejanzas con el aura misteriosamente lánguida y el flujo percusivo ritualístico sobre los que se había estructurado el primer motivo. En

todo caso, es de notar la presencia de efectivos coloridos arábigos en esta última sección. El segundo tema ‘Arthur, Elsie and France’ tiene un empuje más explícitamente vital, enmarcado en una cadencia jazz-rock para el despliegue de

sonoridades (a veces orgánicamente complejas, otras veces cacofónicas) evidentemente emparentadas con las escuelas zheul (Magma) y RIO (Present). Noto

en las labores de teclados y bajo un nexo indudable con la apuesta musical contenida en discos anteriores de Guapo, pero definitivamente el versátil desempeño de Dave Smith en la responsabilidad rítmica expresa una necesidad de dosificar el ejercicio de polenta rockera. La emergencia de algunos pasajes ácidos y de un par de momentos solistas de la guitarra acústica colabora con la

intención de diversidad que exhibe esta pieza. Los dos siguientes temas son sendas partes de una idea integral llamada ‘Twisted Stems’. ‘The Heliotrope’ tiene una cadencia simultáneamente jazzera e intimista que a mí me suena inapelablemente emparentada con Robert Wyatt. Ambos temas son cantados y con esquemas de trabajo tremendamente similares. Para ‘The Selenotrope’ se recurre a una fémina para el rol de vocalista, cuyo registro y tono hace que casualmente la ambientación creada por Guapo se asemeje a Portishead - esto quiere decir que las cosas adquieren un factor extra de sensualidad, realzado pertinentemente por los peculiares trucos percusivos que Smith ejecuta en su batería. ‘The Planks’ es una breve pero atractiva excursión instrumental muy a lo folklore turco. El último cuarto de hora del disco está ocupado por ‘King Lindorm’, iniciándose con una especie de reconstrucción psicodélica de la entrada a un palacio del Extremo Oriente: es casi como un viaje a los tiempos del “Ummagumma” y el krautrock primitivo. Cuando el piano eléctrico dibuja sus primeras secuencias poco antes de ingresar al cuarto minuto es que el ensamble entero entra en acción para explayarse en un viaje sónico que comienza muy a lo

zheul-con-post-rock. Antes de llegar al minuto 8 un nuevo motivo surge para reclamar un aumento de intensidad, reclamo que es manejado con un tremendo derroche de inteligencia. La fuerte presencia de elementos jazzeros que se apodera de las excursiones instrumentales y la aparición de un tétrico solo de guitarra me recuerda un poco a Shubb-Nigurath, pero siempre con una tendencia magmiana bien definida. Cuando a partir del minuto 11 ½ pasamos a una sección menos explosiva, un reprise aumentado del motivo introductorio, el asunto parece evocar el tránsito hacia un momento de relax en medio de una atmósfera donde el peligro permanece latente. En especial esas cortinas de armonio registran la aureola de terror al acecho que se destila a través de los últimos

minutos de la pieza (y del disco).

En conclusión: “Elixirs” expone una variante refrescante del nuevo zheul que Guapo y otros pocos comandan en la actual escena progresiva/vanguardista. Ciertamente es fácil reconocer que este disco no iguala (ni pretende hacerlo) el fuego guerrero de “5 Suns” ni el embrujo grisáceo de “Black Oni”, pero sin duda tiene un gran calibre artístico en sí mismo, y sobre todo, es el manifiesto de una banda que no renuncia a renovar su visión musical con ingenio

y convicción.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

ÿ