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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 GILGAMESH: “Gilgamesh” (1975)

Temas

  1. One End More / Phil’s Little Dance - For Phil Miller’s Trousers / Worlds of Zin
  2. Lady and Friend
  3. Notwithstanding
  4. Arriving Twice
  5. Island of Rhodes / Paper Boat - For Doris / As if Your Eyes were Open
  6. For Absent Friends
  7. We are All / Someone Else’s Food / Jamo and Other Boating Disasters - >From the Holiday of the Same Name
  8. Just C

Integrantes

  • Alan Gowen: pianos, sintetizadores, clavinet, mellotron
  • Phil Lee: guitarras
  • Jeff Clyne: bajo
  • Michael Travis: batería

Colaboradora – Amanda Parsons (canto)

Éste es uno de los discos más unánimemente celebrados por los admiradores de la vertiente Canterbury, y yo, en lo personal, me uno al coro de elogios. Jazz rock estilizado, con guiños tanto a la vieja escuela como a la vanguardia progresiva británica de aquel entonces, candores melódicos esbozados y arreglados con clase y elegancia supremas, sentido del control dentro de los despliegues de libertad manifestados a través de los solos de guitarra y teclado. Sin duda cercano a bandas como Isotope y Hatfield & the North, el grupo Gilgamesh logra crear algo especial, en muchos sentidos indescriptible, pero evidentemente basado en un manejo exquisito de las pautas estandarizadas del Canterbury. La insigne memoria de Alan Gowen no es sino un justo premio a su legado, y este disco debut homónimo de Gilgamesh es una de las muestras definitivamente indiscutibles de dicho talento.

El primer tema comienza muy juguetón, incluso señalando el camino hacia un crecientemente extrovertido sentido del humor durante sus primeros 4 minutos; ya en los últimos 6, el compás pasa a una cadencia más lánguida y crepuscular, con la guitarra de Lee acompañada en sus evocativas líneas por Amanda Parsons, una de las más recurrentes musas de la movida Canterbury. ‘Lady and Friend’ es como un nocturno, abiertamente nostálgico, pero a la vez mostrando una cierta aura adusta. ‘Notwithstanding’ es una de las piezas más directamente vivaces del disco – en sus 4 ¾ minutos de duración hallamos una de las muestras más patentes del nivel infinito de elegancia de cada músico, así como de su total compenetración en tanto ensamble, lo cual resulta definitorio en la bizarra sección conclusiva del tema. ‘Arriving Twice’ vuelve a mostrar a la banda en una actitud plenamente introspectiva, incluso con más fruición que en ‘Lady and Friend’: a pesar de la brevedad de su duración, ‘Arriving Twice’ es una pieza que deja una fuerte huella de evocación emocional en la mente del oyente, con esa manera tan delicada en la cual la guitarra acústica y el piano eléctrico se dejan caer cuales gotas de rocío. Los temas quinto (‘Island of Rhodes / Paper Boat - For Doris / As if Your Eyes were Open’) y séptimo (‘We are All / Someone Else’s Food / Jamo and Other Boating Disasters - From the Holiday of the Same Name’) son, en mi humilde opinión, los que mejor ejemplarizan la idiosincrasia de Gilgamesh como ensamble: es como si el grupo hubiera optado por dar rienda suelta a su adrenalina sin mayores atenuantes en la primera mitad del disco, y decidido mostrarla de manera más sutil y dosificada para la segunda. Efectivamente, a pesar de la suavidad patente del sonido global, noto una cadencia intensa en los fraseos sólidamente amalgamados de Lee y Gowen. El lucimiento de la sección rítmica, por su parte, se apoya en su capacidad de manejar su rol de ancla para las secciones más calmadas y las más eufóricas con fluidez y consistencia. Al igual que ‘Notwithstanding’, ‘We are All…’ introduce algunos elementos funky que realzan de forma eficaz la polenta general de la pieza. Las piezas intermedias son sendos diamantes pulidos a punta de refinadas labores de artesanía: ‘For Absent Friends’ es un bello solo de guitarra acústica en el que Lee deja que los silencios entre los acordes resulten tan relevantes como los acordes mismos; por su parte, ‘Just C’ es un envolvente nocturno de piano, que en menos de un minuto cierra el disco con un sabor a nostalgia. Sí, en verdad esta segunda mitad del disco es mi parte favorita del mismo.

En suma, el disco debut de Gilgamesh es una joya musical que derrocha belleza y clase a raudales.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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